
La historia de Joaquín Ramón Martínez Sabina está llena de amigos. El cantante y compositor español ha dejado registrado su talento para crear clásicos durante poco más de 30 años de carrera, pero siempre ha reconocido que la colaboración ajena ha sido decisiva en la manufactura final de sus discos.
En el más reciente, 'Vinagre y Rosas', con el que regresa con éxito a las listas de ventas y que lo trae de vuelta a México, resaltan los nombres de Benjamín Prado y Pancho Varona como aliados fundamentales.
A unos días de que el 'Flaco' ibérico inicie una amplia gira de 13 conciertos por el país, con una serie de seis shows en el Auditorio Nacional, a partir del martes 13, ambos compartieron con CIRCO, por correo electrónico, algunas de sus experiencias en la gestación de este álbum y, en el caso de Varona, su larga relación de 28 años con Joaquín.
PRADO, EL INSTIGADOR
A finales de 2008, Sabina ya quería hacer un disco nuevo, pero se dio cuenta de que la felicidad que rodeaba su vida personal no lo inspiraba. Entonces, su amigo, el poeta y escritor Benjamín Prado, le contó que atravesaba una tormenta de desamor y, con ese pretexto, los dos se fueron a Praga a convertir en canciones ese dolor.
Ya con el disco en la calle, y con altas ventas en España y Latinoamérica, Prado –quien incluso escribió el libro 'Romper una Canción' sobre aquel viaje– respondió desde Cádiz.
¿Acompañarás a Joaquín a México?
No, ése ya no es mi trabajo. Mi trabajo en realidad es sentarme a ver la televisión y que Joaquín vaya a ganar dinero para mí cantando nuestras canciones.
¿Con el éxito del disco has olvidado ya el desamor que lo originó?
Digamos que mi ex ha hecho un mal negocio y yo el mejor de mi vida: me libré de ella, me deprimí para que los poemas viniesen a llenar los agujeros, me busqué el mejor socio para que esos pequeños poemas se transformaran en canciones grandes y ahora he encontrado al amor de mi vida, y estoy tan contento que creo que voy a tener que llevarme a Joaquín a Viena para que me ayude a escribir algunos poemas deprimentes.
¿Cómo ha recibido el público las nuevas canciones?
Bien, la gente siempre es lo mejor y son los dueños. Nosotros sólo somos sus empleados.
¿Han escrito nuevos temas recientemente?
No, ni siquiera nos hemos visto mucho últimamente. Así que aprovecho para enviarle un saludo a través de esta entrevista, la cual espero que se la dejen leer.
PANCHO, EL 'ANDAMIO'
Francisco Varona conoció a Joaquín en 1982 y, desde entonces, no han dejado de hacer canciones (ya llevan 100) o tocar juntos. Pancho revisa, desde Madrid, su hermandad con el originario de Jaén.
Esta gira es cercana a los shows que diste con Antonio García de Diego en el DF. ¿Esto le añade singularidad al regreso que tendrás?
Claro. Nos hemos sentido maravillosamente bien tratados como artistas en México, y cada vez que nos toca volver la alegría es más grande. Otra singularidad es la capacidad de convocatoria de Joaquín: seis Auditorios Nacionales frente a nuestros dos maravillosos y humildes Lunarios.
¿Qué músicos vienen en la gira?
Por orden de antigu¨edad en la banda: Pancho Varona (bajo, guitarra y coros), Antonio García de Diego (guitarras, teclados, coros), Pedro Barceló (batería), Jaime Asúa (guitarra y coros), Mara Barros (coros y percusiones) y Josemi Sagaste (sax, teclados, acordeón).
¿Qué te genera escuchar el disco?
Comenzó a gestarse, más que a grabarse, en noviembre de 2008. La grabación comenzó en junio de 2009, aunque ahora puedo decir que me encantaría cambiarlo todo (risas). Prácticamente no he vuelto a escucharlo, y no porque no me guste, sino que simplemente trato de descansar de un trabajo que te supone escuchar miles de veces las mismas canciones durante un año completo de tu vida.
¿Lo hecho con Benjamín Prado se distingue mucho de lo previo?
Hay un nuevo aire en las canciones, pero, al mismo tiempo, son más 'sabineras' que nunca.
Es bien conocida la frase de Joaquín: "Es mi andamio, mi todo", para referirse a ti. ¿Con qué palabras le devuelves la pelota?
Joaquín puso en su boca lo que yo siento cuando dijo eso. Tiene la gran virtud de saber decir las cosas de una forma en la que todos quisiéramos saber desenvolvernos. Ése es el gran Joaquín. Por eso la gente lo admira tanto, es el mejor portavoz que tiene la música en español. Pues sí, es mi andamio y mi todo. Sin él yo sería ahora mismo un triste funcionario del Estado encerrado en una oficina ocho horas diarias y, en cambio, estoy a punto de viajar a México para interpretar 'nuestras' canciones.
En 1982 tocaste con Joaquín por primera vez y hace 25 años se armó Viceversa. ¿Qué te dicen esas fechas?
Empecé con Joaquín hace casi 28 años? Y cada vez más felices. La etapa de Viceversa fue una etapa callejera, divertida, y lo pasamos maravillosamente bien. Joaquín quería a toda costa tener un grupo y lo consiguió. Ahí empezó todo, con Viceversa. Estas fechas me dicen que somos más mayores, pero más felices y más sabios que en el principio. Pero en esa época éramos jóvenes y ¡eso es impagable!