26 agosto 2011

Tala / Julio Cortázar

Llévese estos ojos, piedritas de colores,
esta nariz de tótem, estos labios que saben
todas la tablas de multiplicar y las poesías más selectas.
Le doy la cara entera, con la lengua y el pelo,
me quito las uñas y dientes y le completo el peso.
No sirve
esa manera de sentir. Qué ojos ni qué dedos.
Ni esa comida recalentada, la memoria,
ni la atención, como una cotorrita perniciosa.
Tome las inducciones y las perchas
donde cuelgan las palabras lavadas y planchadas.
Arree con la casa, fuera de todo,
déjeme como un hueco, o una estaca.
Tal vez entonces, cuando no me valga
la generosidad de Dios, eso boy.scout,
y esté igual que la alfombra que ha aguantado
su lenta lluvia de zapatos ochenta años
y es urdimbre nomás, claro esqueleto donde
se borraron los ricos pavorreales de plata,
puede ser que sin vos diga tu nombre cierto
puede ocurrir que alcance sin manos tu cintura.

Julio Cortázar
26 de agosto de 1914 / 12 de febrero de 1984

24 agosto 2011

Chau Chango

En 1960, Chango Farías innovó en la música popular integrando por primera vez la polifonía para interpretar el folklore argentino, con su grupo Huanca Huan. Al regreso de su exilio de seis años en Francia, el cantante se presentó junto a su hermana, Marian Farías Gómez, y Manolo Juárez, mientras agregó la improvisación a su estilo particular y único.

"Siempre tuve que luchar con la dicotomía de si lo que hago es o no folklore. Aceptar el término folklore fue una de las tantas desgracias que nos aconteció como pueblo en el nivel cultural. Siempre me pareció que esa palabra desplazó el concepto de evolución posible en nuestra música", dijo hace tres años a LA NACION sobre sus propuestas renovadoras para el género. "Todos nuestros problemas históricos de si esto es o no folklore los fui saldando en el plano musical. Así armé los Huanca Huá, que fue la piedra fundacional para que los grupos vocales fueran vistos, con el tiempo, como algo natural dentro del género. En la MPA me metí con los códigos modernos que surgen en el mundo y demostré que se puede seguir tocando lo nuestro. Con La Manija mostré la excelencia de lo popular", agregó entonces.

En su extenso camino musical, Farías Gómez compartió escenarios junto a Mercedes Sosa, Peteco Carabajal, Lito Vitale, Teresa Parodi y Antonio Tarragó Ros, y creó también los grupos Grupo Vocal Argentino, Músicos Populares Argentinos, La Manija y La Camerata. Además, compuso bandas de sonidos para películas y obras teatrales, y fue profesor de ritmos folklóricos.

Militante peronista, entre 1989 y 1991, se desempeñó en la función pública como Director Nacional de Música, mientras que ocupó una banca de la Legislatura porteña entre 2003 y 2007.

El último tiempo lideró la Orquesta de Cámara los Amigos del Chango, con quien tocaba semanalmente en el Teatro del Viejo Mercado en el barrio del Abasto. Además, tenía un programa radial en la FM Nacional Folclórica 98.7.

Fuente: lanacion.com.ar

22 agosto 2011

Mi experiencia

Nací como Mastronardi y Villanueva en Gualeguay, pero la "vergüenza política" que pueda sentir como este último no me impide que sienta por mi pueblo un especial cariño y que me sienta muy profundamente ligado a este paisaje. Muy profundamente. Creo, además, que la circunstancia de ser la cuna de los poetas nombrados, alza tan alto el honor de esa ciudad que no pueden alcanzarle los apresuramientos adquisitivos de algunos de sus políticos.

¿Referencias concretas de mi vida? Permítaseme que no les dé ninguna importancia. Apenas si los años y el estudio y la experiencia, sobre todo la experiencia poética, la experiencia humana, la experiencia íntima, me han permitido dar algún esbozo de forma a mis reacciones frente al mundo, frente a las cosas, frente al paisaje con todos los elementos que lo constituyen, ambicionando para la poesía la mayor flexibilidad de movimientos y la mayor amplitud de sentido, sin desmedro, claro está del necesario ritmo y de la necesaria ligereza.

Pienso que apenas si somos agentes de una voluntad de expresión y de ritmo que está en la vida, en la vida de todos, en la vida del mundo y de las cosas y que si conforme a ello, aumenta nuestra responsabilidad, no cuenta en cambio, no debe contar, todo lo que atañe a nuestros éxitos, bien pequeños, por cierto, con respecto a las posibilidades infinitas y de varia índole que existen. La poesía no pertenece a nadie o es de todos. De aquí que debamos hacer todo lo posible para crear las condiciones necesarias para que todos la sientan, o mejor, para que todos puedan vivirla en todos los momentos, como que todos los momentos tienen su ritmo. Lo que significa colaborar en la transformación del mundo, en el cambio de la vida. Creo con Cassou que el destino de la poesía está ligado a este cambio.

Esto, desde luego, sin cerrar la sensibilidad a ningún mensaje poético, venga de donde venga, siempre que haya respondido a una íntima necesidad, que sea auténtico, en una palabra.

Juan L. Ortiz/Argentina, Gualeguay, Puerto Ruiz, 1896-Paraná, 1978

21 agosto 2011

20 agosto 2011

Joaquín Sabina en el festival solidario de El Bosque

Joaquín Sabina participó el pasado fin de semana en el Festival Solidario celebrado en El Bosque, recitando emotivos poemas, con uno de los cuales homenajeó a Juan López Atero "Güito", fundador de la ONG Apadrina2, que reunió a un gran número de artistas y público.
Su aportación solidaria tuvo una altura dialéctica, sensible y erudita, digna de los grandes genios, ésos que se escriben con letras de oro para el recuerdo perpetuo: “Ya quisiera uno haber venido a El Bosque en circunstancias más festivas, pero lo primero que me han dicho es que no use palabras fúnebres, porque el homenajeado "Güito" era todo alegría y vitalidad. Yo no lo conocí, pero conocía su madre, que fue mi primer amor. En los últimos 42 años, la he visto tres o cuatro veces, pero hace tres meses me llamó Juan José Téllez para decirme que "Chispas" tenía a un hijo malito, que la llamara. La llamé y pasé uno de los momentos peores de mi vida porque acababan de enterrarlo y he estado sin curarme de esa sensación tiempo hasta que el otro día hablé con ella porque quería que yo viniese a El Bosque y uno, que ha sido siempre un horrible novio, un mal marido y un padre regular, se precia de haber sido siempre un buen amigo de los amigos que lo merecen. Por eso estoy aquí en El Bosque. De "Güito" yo no sabía nada, conocía a sus dos guapas hermanas, tan guapas como su madre, que es verdad que era la más guapa de Andalucía. Yo entonces no conocía Andalucía y es verdad que era la más guapa de mi Úbeda natal. Luego fue la más guapa del firmamento… Sobre aquellos años, el otro día rebuscando entre mis papeles, encontré una cosa:

Por los cerros de Úbeda anduve el otro día
de vuelta a los zaguanes azules de mi infancia,
los olivos bordaban su antigua geometría,
el tiempo es un exilio más cruel que la distancia.

Escarbé en los desvanes de los viejos baúles
buscando en dobles fondos el eco de una brasa,
los años apolillan los besos y los tules,
ninguna edad es buena para volver a casa.

Con su trabajo sucio las uñas del olvido
se ensañan con el luto del alma trashumante,
de todo lo ganado, de todo lo perdido,
apenas sobrevive la sombra de un instante.

Aquí nací; sin bici ni perro que me ladre
dejé en los soportales la huella de mi canto.
Aquí, ya en otro siglo, las hijas de las madres
que amé tanto me besan como se besa a un santo.

Yo iba a los salesianos, ella a las carmelitas,
calcetinitos blancos y babi azul marino,
la tarde que me dijo que sí la margarita
estrené un corazón fluvial y ultramarino.

Arrecia el vendaval de hojas de calendario,
la luna es un semáforo de carne de membrillo,
esta noche me espera Madrid, otro escenario
y tres generaciones del rosa al amarillo.

Esto que acabo de leer estaba escrito hace tiempo. Esta tarde, a toda prisa, he tratado de escribir algo nuevo para hoy. Porque, claro, "Chispas" no se llamaba "Chispas", se llama Virtudes, que hay que ver y "Güito" tampoco se llama "Güito", pero ya se va a llamar siempre "Güito". Y lo que yo no sabía, es que iba a enseñarme algo hoy. Por ejemplo, yo, mi último amor y espero que el definitivo, es una peruana, muy guapa, con la que duermo todas las noches y voy al Perú, al menos dos veces al año. Nos podríamos haber cruzado "Güito" y yo, pero no sucedió. Y yo siempre pensé que podía hacer algo por el Perú. "Güito" me ha enseñado esta noche lo que hay que hacer:

Te comías la vida,
me han contado que eras guapo, feliz y presumido,
podríamos habernos conocido,
si la sangre no hubiera madrugado.

Tu memoria civil me ha sublevado,
Fantasmas de un pasado desteñido
que esta noche en El Bosque se han reunido
Para seguir teniéndote a su lado.

Mi corazón quzqueño y salesiano, se hace trizas
con cada peruano sin cebiche, catón ni pulgarcito,
tu legado está en manos, no lo dudes,
de la madre de todas las Virtudes, nuestra "Chispas"
tan huérfana de "Güito".
… Muchas gracias”

FUENTE: Ciudad Sabina / Antonio Cózar

17 agosto 2011

Milonga/Oliverio Girondo

Sobre las mesas,
botellas decapitadas de «champagne» con corbatas blancas de payaso,
baldes de níquel que trasuntan enflaquecidos brazos y espaldas de «cocottes»
El bandoneón canta con esperezos de gusano baboso,
contradice el pelo rojo de la alfombra,
imana los pezones, los pubis y la punta de los zapatos.
Machos que se quiebran en corte ritual, la cabeza hundida entre los hombros,
la jeta hinchada de palabras soeces.
Hembras con las ancas nerviosas,
un poquito de espuma en las axilas y los ojos demasiado aceitados.
De pronto se oye un fracaso de cristales.
Las mesas dan un corcovo y pegan cuatro patadas en el aire.
Un enorme espejo se derrumba con las columnas y la gente que tenía dentro;
mientras en un oleaje de brazos y de espaldas estallan las trompadas,
como una rueda de cohetes de bengala.
Junto con el vigilante, entra la aurora vestida de violeta.

Oliverio Girondo
(Buenos Aires, 17 de agosto de 1891 - Buenos Aires, 24 de enero de 1967)

12 agosto 2011

Francisco Solano López

Francisco Solano López, el dibujante de historietas que inmortalizó el personaje de El Eternauta creado por Héctor Germán Oesterheld.
Buenos Aires, 1981 - Buenos Aires 12 de agosto de 2011

La carrera de Solano López comienza en 1953, donde trabaja en la Editorial Columba con el guionista Roger Plá para realizar Perico y Guillermina.

Su dupla con el guionista Héctor Germán Oesterheld comienza en 1955, al reemplazar a Campani en la serie Bull Rocket de la revista Misterix. Formó parte de la Editorial Frontera desde el principio, y siempre con guiones de Oesterheld trabajó en las series Joe Zonda y Rul de la Luna para la revista Frontera, Rolo el marciano adoptivo para Hora Cero, más numerosos episodios de Ernie Pike y El cuaderno Rojo.

En la editorial Oesterheld se ponía de acuerdo con los dibujantes acerca de las historietas en las que trabajaban. Solano López pidió trabajar en una serie de ciencia ficción pero con un tono más realista que sus trabajos anteriores. Esto llevó a la publicación de El Eternauta, que aunque presenta elementos del género como las invasiones extraterrestres o armamentos fantásticos, no pone el acento en éstos sino en las reacciones de personas comunes ante la tragedia descrita. La serie se comenzó a publicar en Hora Cero semanal el 4 de septiembre de 1957, y se extendió hasta el número 106, dos años después. Esta historieta fue reeditada en numerosas ocasiones a lo largo del tiempo, e incluso Oesterheld la recreó más adelante con Alberto Breccia.
Se mudó a Europa entre 1963 y 1968, en donde trabajó para la editorial Fleetway en Galaxus, Kelly Ojo Mágico, Adam Eterno, Profesor Kraken, etc. Luego regresó al país y volvió a trabajar para Columba.

El éxito de las reediciones de El Eternauta lo reunió de nuevo con Oesterheld en 1976 para realizar El Eternauta II, para la revista Skorpio. Oesterheld en este entonces era militante de los Montoneros, y trasladó sus ideas a la situación de la historieta. Este trabajo llevó a la desaparición de Oesterheld durante el autodenominado Proceso de Reorganización Nacional que gobernaba el país en ese entonces.

En 1976 comenzó también a colaborar con Ricardo Barreiro, con quien produjo Slot Barr.

El clima político del país lo hace emigrar a España, en donde produce "Ana" e "Historias Tristes".

En 1980 dibuja la serie bélica Aguila Negra, con guión de Ray Collins, para Nippur Magnum de Columba; y en Superhumor publica Calle Corrientes con guión de Guillermo Saccomano. También creó Evaristo, una versión en historieta del entonces célebre comisario Evaristo Meneses.

Luego se muda a Río de Janeiro y trabaja a distancia para editoriales estadounidenses, lo cual continúa al regresar a Buenos Aires. Abarca diversos géneros, y comienza a trabajar con Pablo Maiztegui, quien firma como "Pol".

Junto a dicho guionista vuelve a realizar El Eternauta en 1997, con la historia "El Mundo Arrepentido". Situada luego del final de la primera, está situada en uno de los incontables viajes que el protagonista asegura haber realizado antes de aparecer ante el guionista ante quien relató su historia. Fue publicada en la revista Nueva, editada en el interior del país, y más adelante fue recopilada.

Durante el 2001 vuelve a retomar El Eternauta, esta vez con una historia más ambiciosa. Omitiendo por completo la continuación de la segunda parte, se sitúa 40 años en el futuro en un Buenos Aires reconstruido por los invasores, donde masivos lavados cerebrales a los sobrevivientes hicieron a la gente creer que la llegada fue pacífica, y sólo unos pocos resistentes conocen la verdad de la invasión. La intención de los autores fue retratar una forma diferente de dominación, basada no en el poderío militar sino en la manipulación de las masas. Solano López lo explicaba así:
Estamos echando una mirada sobre la actualidad, basados en una metáfora explícita: el país invadido por extraterrestres, que son en realidad las finanzas internacionales. En esta parte nos interesó mostrar cómo lograron los invasores perpetuar la dominación a través de los mecanismos de la democracia. Tal como pasó en América Latina con Collor de Melo, Alan García o Menem.

Se comenzó a editar en julio de 2003, en nueve entregas.

Dada su buena recepción, se continuó con una nueva parte, La búsqueda de Elena (la esposa de Juan Salvo, perdida al final de la primera historia), de seis números publicados a partir de abril de 2006, junto a una reedición de Marcianeros। Está previsto un número final en el 2007.

Fuente: Telam Cultura-Wikipedia

09 agosto 2011

Abuelas de Plaza de Mayo anunció la restitución de la nieta recuperada 105

La asociación argentina Abuelas de Plaza de Mayo informó hoy en esta capital la restitución de la identidad de la nieta recuperada número 105, Laura Reinhold Siver, hija de un matrimonio secuestrado en agosto de 1977.

Laura, quien tuvo siempre dudas sobre su identidad, se realizó voluntariamente los análisis de ADN en el Banco Nacional de Datos Genéticos en junio de este año y los mismos demostraron que concuerda en el 99 por ciento con la familia Reinhold-Silver, explicó Estela de Carlotto.

La titular de Abuelas de Plaza de Mayo detalló que la nieta recuperada 105 nació en febrero de 1978 en el Hospital Naval, cuando su madre Susana cumplía cautiverio en el centro clandestino de detención de la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA).

Los padres de Laura fueron ambos desaparecidos y su hija inscrita después como propia por un matrimonio de civiles que la crió, pero nunca se acercó a Abuelas para esclarecer la verdadera identidad de la joven, acotó.

En conferencia de prensa en la sede de Abuelas, la titular de la asociación, Estela de Carlotto señaló que "fue Laura la que se acercó a Abuelas" y destacó que las restituciones "son posibles por la cooperación entre nuestra organización, los sobrevivientes de los centros clandestinos y el Estado".

Julio Cortázar - Rayuela Cap. 7


Toco tu boca, con un dedo toco el borde de tu boca, voy dibujándola como si saliera de mi mano, como si por primera vez tu boca se entreabriera, y me basta cerrar los ojos para deshacerlo todo y recomenzar, hago nacer cada vez la boca que deseo la boca que mi mano elige y te dibuja en la cara, una boca elegida entre todas, con soberana libertad elegida por mi para dibujarla con mi mano en tu cara, y que por un azar que no busco comprender coincide exactamente con tu boca que sonríe por debajo de la que mi mano te dibuja...

...Me miras, de cerca me miras, cada vez mas de cerca y entonces jugamos al cíclope, nos miramos cada vez mas de cerca y los ojos se agrandan, se acercan entre sí, se superponen y los cíclopes se miran, respirando confundidos, las bocas se encuentran y luchan tibiamente, mordiéndose con los labios, apoyando apenas la lengua en los dientes, Jugando en sus recintos donde un aire pesado va y viene con un perfume viejo y un silencio. Entonces mis manos buscan hundirse en tu pelo, acariciar lentamente la profundidad de tu pelo mientras nos besamos como si tuviéramos la boca llena de flores o de peces, de movimientos vivos, de fragancia oscura. Y si nos mordemos el dolor es dulce, y si nos ahogamos en un breve y terrible absorber simultáneo del aliento, esa instantánea muerte es bella. Y hay una sola saliva y un solo sabor a fruta madura, y yo te siento temblar contra mi como una luna en el agua. (fragmento)



Alejandra Pizarnik - Piedra Fundamental

No puedo hablar con mi voz sino con mis voces.

Sus ojos eran la entrada del templo, para mí, que soy errante, que amo y muero. Y hubiese cantado hasta hacerme una con la noche, hasta deshacerme desnuda en la entrada del tiempo.

Un canto que atravieso como un túnel.

Presencias inquietantes, gestos de figuras que se aparecen vivientes por obra de un lenguaje activo que las alude, signos que insinúan terrores insolubles.

Una vibración de los cimientos, un trepidar de los fundamentos, drenan y barrenan, y he sabido dónde se aposenta aquello tan otro que es yo, que espera que me calle para tomar posesión de mí y drenar y barrenar los cimientos, los fundamentos, aquello que me es adverso desde mí, conspira, toma posesión de mi terreno baldío, no, he de hacer algo, no, no he de hacer nada, algo en mí no se abandona a la cascada de cenizas que me arrasa dentro de mí con ella que es yo, conmigo que soy ella y que soy yo, indeciblemente distinta de ella.

En el silencio mismo (no en el mismo silencio) tragar noche, una noche inmensa inmersa en el sigilo de los pasos perdidos.

No puedo hablar para nada decir. Por eso nos perdemos, yo y el poema, en la tentativa inútil de transcribir relaciones ardientes.

¿A dónde la conduce esta escritura? A lo negro, a lo estéril, a lo fragmentado.

Las muñecas desventradas por mis antiguas manos de muñeca, la desilusión al encontrar pura estopa (pura estepa tu memoria): el padre, que tuvo que ser Tiresias, flota en el río. Pero tú, ¿por qué te dejaste asesinar escuchando cuentos de álamos nevados?

Yo quería que mis dedos de muñeca penetraran en las teclas. Yo no quería rozar, como una araña, el teclado. Yo quería hundirme, clavarme, fijarme, petrificarme. Yo quería entrar en el teclado para entrar adentro de la música para tener una patria. Pero la música se movía, se apresuraba. Sólo cuando un refrán reincidía, alentaba en mí la esperanza de que se estableciera algo parecido a una estación de trenes, quiero decir: un punto de partida firme y seguro; un lugar desde el cual partir, desde el lugar, hacia el lugar, en unión y fusión con el lugar. Pero el refrán era demasiado breve, de modo que yo no podía fundar una estación pues no contaba más que con un tren algo salido de los rieles que se contorsionaba y se distorsionaba. Entonces abandoné la música y sus traiciones porque la música estaba más arriba o más abajo, pero no en el centro, en el lugar de la fusión y del encuentro. (Tú que fuiste mi única patria ¿en dónde buscarte? Tal vez en este poema que voy escribiendo.)

Una noche en el circo recobré un lenguaje perdido en el momento que los jinetes con antorchas en la mano galopaban en ronda feroz sobre corceles negros. Ni en mis sueños de dicha existirá un coro de ángeles que suministre algo semejante a los sonidos calientes para mi corazón de los cascos contra las arenas. (Y me dijo: Escribe; porque estas palabras son fieles y verdaderas.)

(Es un hombre o una piedra o un árbol el que va a comenzar el canto...)

Y era un estremecimiento suavemente trepidante (lo digo para aleccionar a la que extravió en mí su musicalidad y trepida con más disonancia que un caballo azuzado por una antorcha en las arenas de un país extranjero).

Estaba abrazada al suelo, diciendo un nombre. Creí que me había muerto y que la muerte era decir un nombre sin cesar.

No es esto, tal vez, lo que quiero decir. Este decir y decirse no es grato. No puedo hablar con mi voz sino con mis voces. También este poema es posible que sea una trampa, un escenario más.

Cuando el barco alternó su ritmo y vaciló en el agua violenta, me erguí como la amazona que domina solamente con sus ojos azules al caballo que se encabrita (¿o fue con sus ojos azules?). El agua verde en mi cara, he de beber de ti hasta que la noche se abra. Nadie puede salvarme pues soy invisible aun para mí que me llamo con tu voz. ¿En dónde estoy? Estoy en un jardín.

Hay un jardín.


Las olas - Virginia Woolf

El sol no había nacido todavía. Hubiera sido imposible distinguir el mar del cielo, excepto por los mil pliegues ligeros de las ondas que le hacían semejarse a una tela arrugada. Poco a poco, a medida que una palidez se extendía por el cielo, una franja sombría separó en el horizonte al cielo del mar, y la inmensa tela gris se rayó con grandes líneas que se movían debajo de su superficie, siguiéndose una a otra persiguiéndose en un ritmo sin fin. Al aproximarse a la orilla, cada una de ellas adquiría forma, se hinchaba y se rompía arrojando sobre la arena un delgado velo de blanca espuma. La ola se detenía para alzarse enseguida nuevamente, suspirando como una criatura dormida cuya respiración va y viene inconscientemente. Poco a poco, la franja oscura del horizonte se aclaró: se hubiera dicho un sedimento depositado en el fondo de una vieja botella, dejando al cristal su transparencia verde. En el fondo, el cielo también se hizo translúcido, cual si el sedimento blanco se hubiera desprendido lo cual si el brazo de una mujer tendida debajo del horizonte hubiera alzado una lámpara, y bandas blancas, amarillas y verdes se alargaron sobre el cielo, igual que las varillas de un abanico. Enseguida la mujer alzó más alto su lámpara y el aire pareció dividirse en fibras, desprenderse de la verde superficie en una palpitación ardiente de fibras amarillas y rojas, como los resplandores humeantes de un fuego de alegría. Poco a poco las fibras se fundieron en un solo fluido, en una sola incandescencia que levantó la pesada cobertura gris del cielo transformándola en un millón de átomos de un azul tierno. La superficie del mar fue adquiriendo gradualmente transparencia y yació ondulando y despidiendo destellos hasta que las franjas oscuras desaparecieron casi totalmente. El brazo que sostenía la lámpara se alzó todavía más, lentamente, se alzó más y más alto, hasta que una inmensa llama se hizo visible: un arco de fuego ardió en el borde del horizonte, y a su alrededor el mar ya no fue sino una sola extensión de oro. La luz golpeó sucesivamente los árboles del jardín iluminando una tras otra las hojas, que se tornaron transparentes. Un pájaro gorjeó muy alto; hubo una pausa: más abajo, otro pájaro repitió su gorjeo. El sol utilizó las paredes de la casa y se apoyó, como la punta de un abanico, sobre una persiana blanca; el dedo del sol marcó sombras azules en el arbusto junto a la ventana del dormitorio. La persiana se estremeció dulcemente. Pero todo en la casa continuó siendo vago e insustancial. Afuera, los pájaros cantaban sus vacías melodías. (fragmento) 1931

Virginia Woolf - Orlando

"Habiendo interrogado al hombre y al pájaro y a los insectos (porque los peces, cuentan los hombres que para oírlos hablar han vivido años su soledad de verdes cavernas, nunca, nunca lo dicen, y tal vez lo saben por eso mismo), habiendo interrogado a todos ellos sin volvernos más sabios, sino más viejos y más fríos -porque ¿no hemos, acaso, implorado el don de aprisionar en un libro algo tan raro y tan extraño, que uno estuviera listo a jurar que era el sentido de la vida?- fuerza es retroceder y decir directamente al lector que espera, todo trémulo, escuchar qué cosa es la vida: ¡ay! no lo sabemos. " (fragmento)

“Cuando los besos saben a alquitrán, cuando las almohadas son de hielo,
cuando el enfermo aprende a blasfemar,
cuando no salen trenes para el
cielo,
a la hora de maldecir,
a la hora de mentir.
Cuando marca sus
cartas el tahúr
y rompe el músico su partitura
y vuelve Nosferatu al
ataúd
y pasa el camión de la basura,
a la hora de crecer,
a la hora
de perder,
cuando ladran los perros del amanecer.”

__

“En la posada del fracaso,
donde no hay consuelo ni ascensor,
el desamparo y la humedad
comparten colchón
y cuando, por la calle,
pasa la vida, como un huracán,
el hombre del traje gris
saca un sucio calendario del
bolsillo y grita
¿quién me ha robado el mes de abril?
¿pero cómo pudo sucederme a mí?
¿quién me ha robado el mes de abril?
Lo guardaba en el cajón
donde guardo el corazón.”

__

“Cuando agoniza la fiesta
todas encuentran pareja
menos Lola
que se va, sin ser besada,
a dormirse como cada
noche sola
y una lágrima salada
con sabor a mermelada
de ternura
moja el suelo de su alcoba
donde un espejo le roba
la hermosura.
Nadie sabe cómo le queman en la boca
tantos besos que no ha dado,
tiene el corazón tan de par en par y tan oxidado.”

__

“Algunas veces vivo, y otras veces
la vida se me va con lo que escribo,
algunas veces busco un adjetivo
inspirado y posesivo que te arañe el corazón.
luego arrojo mi mensaje,
se lo lleva de equipaje
una botella…, al mar de tu incomprensión.
No quiero hacerte chantaje,
sólo quiero regalarte una canción.”

__

“Desnuda se sentía igual que un pez en el agua,
vestirla era peor que amortajarla,
inocente y perversa como un mundo sin dioses,
alegre y repartida como el pan de los pobres.
No quise retenerla, ¿de qué hubiera servido
deshacer las maletas del olvido?
Pero no sé qué diera por tenerla ahora mismo
mirando por encima de mi hombro lo que escribo.
Le di mis noches y mi pan, mi angustia, mi risa,
a cambio de sus besos y su prisa,
con ella descubrí que hay amores eternos
que duran lo que dura un corto invierno.”

__

“No soporta el dolor, le divierte inventar
que vive lejos, en un raro país,
cuando viaja en sueños lo hace sin mí,
cada vez que se aburre de andar, da un salto mortal.
Cuando el sol fatigado se dedica a manchar
de rosa las macetas de mi balcón
juega conmigo al gato y al ratón,
si le pido “quédate un poco más”, se viste y se va.
Cuanto más le doy ella menos me da
Por eso a veces tengo dudas, ¿no será un tal Judas
el que le enseñó a besar?”