
Esta escritora argentina nació en Suiza en 1892, en la región de habla italiana. Hija de Alfonso Storni y Paulina Martignoni vivió allí hasta el año 1901.Emigró con sus padres a la Argentina cuando era una niña. Su padre, que era depresivo y alcohólico, fallece en 1906. Vivió en la ciudad de Rosario por un tiempo, estudió Magisterio en la Escuela Normal y fue profesora de arte dramático. Comienza a publicar su obra en revistas como Caras y Caretas. Aunque hizo alguna incursión en el teatro, lo más conocido de su obra son sus magníficos libros de poemas.
Sufre su primera decepción amorosa por un hombre casado mayor que ella con el cual mantuvo una relación afectiva que concluyó con ella embarazada y sola. Alfonsina, se refugia en Buenos Aires y da a luz a Alejandro el 21 de Abril de 1912. Para ese entonces ella tenía 20 años.
Comenzó su carrera literaria en el año 1916 con La inquietud del rosal, que aglomera las sugestiones intimistas y sentimentales de un post-romanticismo. Este trabajo fue publicado con mucho esfuerzo debido a sus grandes dificultades económicas. Luego en el año 1918 publicó El dulce daño.
Dentro de este libro se encuentra un poema que estaba destinado a cambiar la manera machista de ver a las mujeres durante aquellos años. Se trata del memorable Tú me quieres blanca que habla de la injusta obligación que tenían las mujeres de permanecer puras, vírgenes, mientras los hombres socialmente no estaban obligados a hacerlo. Con su obra ella logrará contribuir a desenredar el rol de mujer a en esa época.
¨ El feminismo es el ejercicio del pensamiento de la mujer, en cualquier campo de la actividad ¨ expresó la escritora. Irremediablemente, su tercer libro llegará en el año 1919 y mas tarde en 1920 se publica Languidez. Sus cuatro primeros libros se caracterizan por ser más íntimos y personales que los que les seguirán. En 1920 obtuvo el Primer Premio Municipal de Poesía y el Segundo Premio Nacional de Literatura por Languidez.
Le crean una Cátedra en el Teatro Infantil Lavardén y allí se desempeña enseñando a niños en 1920. Después del Premio Nacional de 1922, el Ministro de Instrucción Pública establece una asignatura para ella en la Escuela Nacional de Lenguas Vivas en 1923. Su popularidad crece durante esos años y con esto su comportamiento neurótico se agrava.
El 20 de marzo de 1927 se estrenó una obra de teatro de su autoría titulada El amo del mundo, que generó grandes expectativas del público y de la crítica. El día del estreno asistió el entonces presidente Alvear con su esposa, Regina Pacini. Al día siguiente la crítica se ensañó con la obra, y a los tres días tuvo que bajar de cartel. La escritora se sintió muy entristecida por su fracaso, y trató de explicarlo cargándole la culpa al director y a los actores.
Después realizó viajes a Europa, en 1930 y 1934, con su amiga Blanca de la Vega, estos viajes estaba destinado a calmar sus nervios, pero también influenciaron en su obra. Los cambios, frutos de estos viajes, se evidenciaron su expuesta vida afectiva y su lucha por el papel de la mujer en la sociedad, además de tratar el tema de la sinceridad erótica. Tras la vuelta del último viaje se le descubre un tumor en el pecho; se lo extraer con éxito, pero la terapia de rayos es tan dolorosa que no la continua.
Publicó también los libros de poesía Ocre (1925), Mundo en siete pozos (1934) y Mascarilla y trebol (1938), y un libro de poemas en prosa, Poemas de amor (1926), además, una Antología Poética (1938) que contenía poesías inéditas.
Tuvo grandes y beneficiosas amistades en el ámbito literario. En 1919, conoce a Amado Nervo, quien durante su estancia en Argentina como embajador de su país, frecuenta las mismas reuniones que Alfonsina. Fue amiga de Federico García Lorca, a quien conoce en la Peña del café Tortoni. Asimismo, simpatiza con la chilena Gabriela Mistral, junto a quien participa en un evento organizado por el Ministerio de Instrucción Pública de Uruguay. Conoce también al escritor argentino uruguayo Horacio Quiroga, quien se convertirá luego en otro de sus trágicos amores.
En el año 1936, Horacio Quiroga que padecía Cáncer como Alfonsina Storni decide suicidarse con una dosis de cianuro. Alfonsina lo despide conmocionada en una poesía suya que sirve de adelanto a su también funesto final.
Morir como tú, Horacio, en tus cabales,
Y así como en tus cuentos, no está mal;
Un rayo a tiempo y se acabó la feria…
Allá dirán.
Más pudre el miedo, Horacio, que la muerte
Que a las espaldas va.
Bebiste bien, que luego sonreías…
Allá dirán.
En 1938, a los 46 años de edad se suicidó en la ciudad de Mar del Plata. El motivo del trágico desenlace de su vida es básicamente la impotencia ante el dolor producido por el cáncer. La mañana del 25 de octubre de 1938 dos obreros descubrieron el cadáver en la playa. Alfonsina Storni, estaba cansada y deseaba la muerte como una liberación de todas sus desdichas y sufrimientos. Escribe sus últimos versos en el poema Voy a dormir, y en una carta dirigida a su único hijo, Alejandro que para este entonces tenia 26 años.
Voy a dormir, nodriza mía, acuéstame.
Ponme una lámpara a la cabecera;
una constelación; la que te guste;
todas son buenas; bájala un poquito.
En cercanias del lugar donde se quito la vida la poetisa, se ha levantado un monumento a su recuerdo. Junto a la estatua estan escritos los versos de un poema que escribió en 1925: Dolor. Luego de su muerte se publicaron las Poesías completas, en 1968 y una colección de ensayos titulada Nosotras y la piel en 1998 En el año 1999 se editó una Antología Poética que contiene la obra más significativa de la escritora.
Fuente: librosgratis.org/las-poesias-de-alfonsina-storni.html