Lo anunció Abuelas. Es hija de Carlos Oviedo y María de las
Mercedes Moreno. Esta última vive y tiene otras tres hijas.
En la cuenta re-gresiva para su 35° aniversario, que festejarán
el próximo 22, las Abuelas de Plaza de Mayo confirmaron ayer la
restitución de la nieta apropiada 107, quien es hija de Carlos
Héctor Oviedo y María de la Mercedes Moreno.
Se trata de una joven cordobesa, que nació durante el cautiverio
de su madre en la Maternidad Provincial de Córdoba el 11 de octubre
de 1978. Ahora se reencontrará con su madre biológica y con tres
hermanas. “Aún no la vi, tengo muchas ganas de abrazarla y de
decirle que siempre supe que estaba viva”, señaló María de las
Mercedes, respecto de su hija recuperada.
El anuncio fue formulado en Buenos Aires por la titular de
Abuelas, Estela de Carlotto, quien estuvo acompañada por María de
las Mercedes y las otras tres hijas de esta.
También asistieron la abogada que llevó adelante el caso, María
Esther Sánchez, y la titular de Abuelas de Plaza de Mayo de Córdoba,
Sonia Torres.
Carlotto explicó que María de las Mercedes “visitaba a su
marido, quien estaba como preso común en un penal cordobés, y allí
también había presos políticos detenidos clandestinamente, con los
que ella se solidarizó y comenzó a sacar del penal las cartas que
escribían a sus familiares”.
Según la historia que se logró reconstruir, el 26 de septiembre
de 1978 fue secuestrada, cuando cursaba un embarazo de siete meses, y
llevada al departamento de Informaciones de la Policía de Córdoba,
más conocido como “D2”, centro clandestino de detención
dependiente del Tercer Cuerpo de Ejército, entonces bajo el mando de
Luciano Benjamín Menéndez. Allí permaneció en condición de
detenida desaparecida y sufrió tormentos varios, hasta que recuperó
su libertad en 1979.
Carlotto detalló que el 11 de octubre de 1978, María de las
Mercedes fue trasladada a la Maternidad Provincial, donde encadenada
dio a luz a una niña de la que fue separada inmediatamente. Luego
los militares la restituyeron nuevamente al D2, aunque ya sin su
hija.
Por su mal estado de salud, a los pocos días volvieron a
internarla en la Maternidad y, desde el 27 de noviembre de 1978,
permaneció alojada como “detenida especial” en la Unidad
Penitenciaria Buen Pastor. Fue liberada el 7 de abril de 1979.
Cuenta regresiva. Desde ese mismo día María de las
Mercedes inició la búsqueda desesperada de su hija, con recorridas
incluyeron visitas a la Casa Cuna y a Juzgados de menores, hasta que
terminó formalizando una denuncia ante la Fiscalía Federal N°3.
Carlotto comentó que fue Paola, una de las hijas de la mujer,
quien tomó contacto con la Comisión Nacional por el Derecho a la
Indentidad (Conadi), organismo que posibilitó la inclusión de las
muestras de ADN de esta familia en el Banco Nacional de Datos
Genéticos.
Luego, con la ayuda de Abuelas, vino la constitución como
querellantes ante el Juzgado Federal N°3, a cargo de Alejandro
Sánchez Freytes.
En mayo pasado el juez se declaró incompetente para considerar si
se trataba de un delito de lesa humanidad. Pero esa resolución fue
apelada, hasta que finalmente la Cámara Federal de Apelaciones
ordenó el entrecruzamiento de las muestras de sangre.
La joven fue citada y accedió a efectuarse el análisis de ADN el
pasado 5 de septiembre, con lo cual se terminó de confirmar su
verdadera identidad.
Carlotto destacó la fortaleza de María de las Mercedes. “Esta
madre, viuda, quedó sola y siempre buscó a su hija, junto a sus
otras hijas, así que mi optimismo es que esta joven que es madre y
puede saber lo que sentiría ella si le arrancan un hijo, va a querer
saber y encontrarse con una madre que la está esperando para
abrazarla”, señaló.
A su turno, el secretario de Derechos Humanos de la Nación,
Martín Fresneda, destacó la “alegría” que implica “recuperar
esta identidad, que es recuperar un pedazo de la Argentina destrozada
por el terrorismo de Estado”.
“Los hermanos que hoy recuperan su identidad se incorporan a un
país con memoria, verdad y justicia, lo que ayuda a dimensionar la
tragedia que hemos vivido pero también dimensionar la vida con
identidad, de qué amor surgimos”, concluyó Fresneda.
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