30 noviembre 2013
25 noviembre 2013
LAS HERMANAS MIRABAL
19 noviembre 2013
“Nací para escribir, como otras personas nacen para pintar… eso es todo”
Obra amplia y de temática variada
17 noviembre 2013
14 noviembre 2013
Nobel de Literatura 2013 / ALICE MUNRO
Comparada con el dramaturgo y cuentista ruso Anton Chejov, su narrativa, sin embargo, está más cerca de sus colegas Flannery O´Connor, Eudora Welty y Katherine Anne Porter, representantes de esa zona del sur de los Estados Unidos que grabara en letras de molde William Faulkner.
Munro (Wingham, Ontario, 1931), ha tenido una infancia claustrofóbica, en un mundo que -según confesó alguna vez- seguía viviendo como en el siglo XIX a mitad del XX. Hacia los 60 ya estaba casada, vivía en Vancouver, era ama de casa y, en un momento de insatisfacción, empezó a escribir relatos a la hora de la siesta de sus hijos.
La escritora tiene una manera muy particular de abordar la narración de las circunstancias cotidianas, un territorio que domina y suele poblar con personajes cargados de esperanza y de desazón al mismo tiempo, que sienten, padecen y se distinguen por una universalidad que sobrepasa tiempos y espacios sin dificultad.
Galardonada antes con el Man Booker International Prize (le fue otorgado en 2009 por "la gran contribución de su obra al panorama literario mundial"), la autora construye relatos atravesados por la extrañeza en los que los acontecimientos funcionan como meras excusas para presentar personajes que reflexionan en voz alta sobre la relación entre memoria, presente y futuro.
Algo del espíritu pionero, de la resolución emprendedora y del destino asumido con resignación se encuentra en sus historias de gente resistente y carente de artificio, sin que la literatura haya hecho más que mostrarlos: Munro usa metáforas audaces y divertidas para retratar la mentalidad algo anticuada de personajes inspirados en su propia familia.
Hace un tiempo, tras la publicación de "La vista desde Castle Rock", la escritora aseguró que abandonaría la escritura, aunque luego indicó que le resultaba imposible comportarse "como una señora normal sin obligaciones" y que para combatir el aburrimiento se puso de nuevo a escribir.
Entre sus obras se destacan "Mi vida querida", "Odio, amistad, noviazgo, amor, matrimonio", "Escapada", "Relatos entrelazados", "Las lunas de Júpiter", "El progreso del amor", "Amistad de juventud", "Secreto a voces" y "El amor de una mujer generosa", entre otras.
La última novela de Munro publicada en la Argentina fue "La vida de las mujeres" (Lumen), una novela de corte autobiográfico escrita cuando la autora tenía cuarenta años en la que aborda algunas de sus vivencias -especialmente las relacionadas con la vocación literaria- a partir del relato de Del Jordan, una joven que debe optar entre una existencia anodina en la aldea donde nació o los desafíos y peligros que le depara la vida urbana.
La relación con los vecinos, el despertar sexual junto a un hombre mayor que ella, las dudas existenciales que le produce la omnipresente religión y la relación pasional con un chico de baja condición social, despuntan en esta narración de la escritora.
A principio de este año el sello Random House Mondadori publicó “Mi vida querida”, una nueva colección de cuentos donde explora el mundo del amor, sus encantos y desencantos, sus alegrías y decepciones, sus gozos y sombras, con la misma o superior pericia que narradoras más jóvenes y acaso no tan prolíficas.
10 noviembre 2013
30 octubre 2013
27 octubre 2013
24 octubre 2013
20 octubre 2013
La mirada de Sara Facio
10 octubre 2013
El nuevo libro de Joaquín Sabina
03 octubre 2013
AMOR A PRIMERA VISTA / Wistawa Szymborska
Es hermosa esa seguridad,
pero la inseguridad es más hermosa.
Imaginan que como antes no se conocían
no había sucedido nada entre ellos.
Pero ¿qué decir de las calles, las escaleras, los pasillos
en los que hace tiempo podrían haberse cruzado?
Me gustaría preguntarles
si no recuerdan
-quizá un encuentro frente a frente
alguna vez en una puerta giratoria,
o algún "lo siento"
o el sonido de "se ha equivocado" en el teléfono-,
pero conozco su respuesta.
No recuerdan.
Se sorprenderían
de saber que ya hace mucho tiempo
que la casualidad juega con ellos,
una casualidad no del todo preparada
para convertirse en su destino,
que los acercaba y alejaba,
que se interponía en su camino
y que conteniendo la risa
se apartaba a un lado.
Hubo signos, señales,
pero qué hacer si no eran comprensibles.
¿No habrá revoloteado
una hoja de un hombro a otro
hace tres años
o incluso el último martes?
Hubo algo perdido y encontrado.
Quién sabe si alguna pelota
en los matorrales de la infancia.
Hubo picaportes y timbres
en los que un tacto
se sobrepuso a otro tacto.
Maletas, una junto a otra, en una consigna.
Quizá una cierta noche el mismo sueño
desaparecido inmediatamente después de despertar.
Todo principio
no es mas que una continuación,
y el libro de los acontecimientos
se encuentra siempre abierto a la mitad.
28 septiembre 2013
Mucho más allá, Alejandra Pizarnik
¿Y qué?
¿Y qué me das a mí,
a mí que he perdido mi nombre,
el nombre que me era dulce sustancia
en épocas remotas, cuando yo no era yo
sino una niña engañada por su sangre?
¿A qué, a qué
este deshacerme, este desangrarme,
este desplumarme, este desequilibrarme
si mi realidad retrocede
como empujada por una ametralladora
y de pronto se lanza a correr,
aunque igual la alcanzan,
hasta que cae a mis pies como un ave muerta?
Quisiera hablar de la vida.
Pues esto es la vida,
este aullido, este clavarse las uñas
en el pecho, este arrancarse
la cabellera a puñados, este escupirse
a los propios ojos, sólo por decir,
sólo por ver si se puede decir:
"¿es que yo soy? ¿ verdad que sí?
¿no es verdad que yo existo
y no soy la pesadilla de una bestia?".
Y con las manos embarradas
golpeamos a las puertas del amor.
Y con la conciencia cubierta
de sucios y hermosos velos,
pedimos por Dios.
Y con las sienes restallantes
de imbécil soberbia
tomamos de la cintura a la vida
y pateamos de soslayo a la muerte.
Pues esto es lo que hacemos.
Nos anticipamos de sonrisa en sonrisa
hasta la última esperanza.
24 septiembre 2013
21 septiembre 2013
El extranjero agradecido
Pocos asumieron como él la tradición literaria, entablando con ella un diálogo que nos depara una obra regida por la precisión y la pasión.
A partir de un cierto momento, cuando en los ochenta se instaló definitivamente en Barcelona, y luego en Torroella de Mongrí, la existencia fue para Juan Luis Panero una serie de juegos para aplazar la muerte, los jocs per ajornar la mort, de su querido Joan Vinyoli. Unos ritos que pasaban primero por la poesía, su libro de 1984 en la editorial Renacimiento es muy representativo de lo que ha sido el conjunto de su obra, la cual se completaba trece años después en Tusquets sin que apenas haya crecido desde entonces. Sin embargo, pocos poetas como él tuvieron tan bien asumida la tradición literaria y dialogaron con ella para proporcionarnos una obra regida por la precisión y la pasión. No olvidemos tampoco que, en cierta forma, Panero, como Gil de Biedma (le gustaba comentar que ambos hicieron de su poesía una curiosa mezcla de Eliot y Edith Piaff), siempre escribió el mismo libro, una especie de autobiografía sentimental, estética y moral.
16 septiembre 2013
03 septiembre 2013
Muerte de un naturalista / Seamus Heaney
Durante todo el año el dique de lino supuraba
en el corazón del pueblo; verde y de cabeza pesada
el lino se pudría allí, aplastado por enormes terruños.
A diario chorreaba bajo un sol de justicia.
Burbujas gorgojeaban con delicadeza, moscardones
tejían una fuerte gasa de sonido en tomo al olor.
Había también libélulas, mariposas con lunares,
pero lo mejor de todo era esa baba caliente y espesa
de huevos de rana que, a la sombra de las orillas,
crecía como agua coagulada. Aquí, cada primavera
yo llenaría los tarros de mermelada con gelatinosas
motas para poner en fila en el alféizar de la casa,
y en el colegio, sobre estantes, y esperaría y miraría
hasta que los puntos engordasen estallando en ágiles
renacuajos nadadores. La Señora Walls nos contaría cómo
a la rana padre se le llamaba rana toro
y cómo croaba y cómo la mamá rana
depositaba centenares de pequeños huevos y eso eran
babas de rana. También se podía predecir el tiempo por las ranas
pues eran amarillas al sol y marrones
bajo la lluvia.
Entonces, un caluroso día cuando los campos apestaban
a boñiga de vaca sobre la hierba, las airadas ranas
invadieron el dique de lino; yo atravesaba los marjales
agachado y al son de un áspero croar que no había oído
antes. El aire se espesó con un coro de bajos.
Justo al pie del dique ranas de gordas barrigas sé mantenían alertas
sobre terruños; sus nucas sueltas latían como velas. Algunas saltaban:
el slap y plop eran amenazas obscenas. Algunas se sentaron
dispuestas como granadas de barro, con sus calvas cabezas pedorreando.
Me sentí enfermo, di la vuelta y corrí. Los grandes reyes babosos
se reunían allí para vengarse y supe
que si metía mi mano las babas la agarrarían.
01 septiembre 2013
Fragmentos del libro invisible / Silvina Ocampo
26 agosto 2013
Historia verídica / Julio Cortázar
24 agosto 2013
Las cosas / Jorge Luis Borges
El bastón, las monedas, el llavero,
la dócil cerradura, las tardías
notas que no leerán los pocos días
que me quedan, los naipes y el tablero,
un libro y en sus páginas la ajada
violeta, monumento de una tarde
sin duda inolvidable y ya olvidada,
el rojo espejo occidental en que arde
una ilusoria aurora. ¡Cuántas cosas,
láminas, umbrales, atlas, copas, clavos,
nos sirven como tácitos esclavos,
ciegas y extrañamente sigilosas!
Durarán más allá de nuestro olvido;
no sabrán nunca que nos hemos ido.
19 agosto 2013
16 agosto 2013
Charles Bukowski
Visitando de nuevo la casa donde pasó su infancia en Los Angeles, donde tomaban lugar las golpizas, Bukowski la llama, irónicamente, "la casa de los horrores", con una voz cansina que reúne a Kevin Spacey y William S. Burroughs con un toque de Tennessee Williams. Esas palizas, confiesa, fueron esenciales para la formación de su estilo literario magro y brutal, que no admitía filtraciones de sentimentalismo. Cuando te pegan sobre bases regulares, dice, "tú dices lo que quieres decir".
Algunas de las entrevistas en la película fueron hechas para la televisión europea. Los fragmentos son hábilmente entrelazados con los recuerdos de sus viejos compañeros de parranda, otros escritores y la segunda esposa de Bukowski, Linda, su musa, con la que se casó en 1985. Sin demasiadas tensiones, la película ofrece razones sólidas para considerar a Bukowski uno de los más importantes poetas estadounidenses cuyo trabajo fue un duro reproche del amable formalismo académico.
Bukowski no disfrutaba siempre de su condición maldita. Un paria en la secundaria, sufrió de un severo acne vulgaris, que cubría su cara con llagas supurantes y que dejó su piel completamente picada. Recuerda haberse quedado fuera, desconsolado y en la oscuridad, de su baile de gala: se sentía demasiado humillado como para dejarse ver.
En años posteriores Bukowski bravuconeaba de sus habilidades sexuales. Sin embargo, permaneció virgen hasta los 24, la edad que tenía cuando publicó su primera historia. Su descripción (en la novela ‘Mujeres')de su iniciación sexual con una mujer obesa a la que acusó injustamente de haberle robado su billetera, es un comienzo espectacularmente poco prometedor para una prolífica actividad sexual, que floreció cuando la fama le ganó admiradoras.
Bukowski era sucinto en sus libros y fuera de ellos. Cita como "cumplido último" el haber sido llamado "un buen camorrero". Comenzó a escribir a los 13 porque le parecía "lo más fácil de hacer". Describe el amor como "una neblina que desaparece con los primeros rayos diurnos de la realidad".
Comenzó a escribir en serio después de viajar durante una década por todo el país, trabajando como peón, bebiendo y peleando, y absorbiendo las crudas experiencias que inspiraron su obra. Más tarde sobrevivió como cartero durante catorce años. Su hábito de la bebida contribuyó a que desarrollara úlceras hemorrágicas en 1956, de lo que no se esperaba de volviera a recuperarse. Pero continuó sus juergas durante más de cuatro décadas más antes de sucumbir ante la leucemia a los 73 años.
08 agosto 2013
Abuelas restituyó al nieto 109
Así lo anunció Estela de Carlotto en conferencia de prensa en la sede de la entidad, y precisó que el joven tiene 38 años, quien no estuvo presente en el encuentro aunque reside en la Capital Federal.
Según informó Abuelas de Plaza de Mayo, Pablo Germán Athanasiu Laschan fue secuestrado junto a sus padres el 15 de abril de 1976 cuando tenía solo cinco meses y medio.
En abril de este año, Pablo fue contactado por integrantes de Abuelas y hace cerca de un mes accedió voluntariamente a realizarse el examen inmunogenético que logró determinar, en un 99,99 por ciento, su pertenencia al grupo familiar Athanasiu Laschan.
Pablo Germán es hijo del matrimonio chileno integrado por Frida Laschan Mellado y Ángel Athanasiu Jara, y nació el 29 de octubre de 1975. Mientras ambos estuvieron en Chile militaban en el MIR, una vez en Argentina, en el PRT-ERP.
El 15 de abril de 1976 el matrimonio y su hijo fueron secuestrados en un operativo que fuerzas de seguridad realizaron en el hotel en el que vivían en la ciudad de Buenos Aires.
Pablo Germán fue anotado como hijo propio con fecha de nacimiento 7 de enero de 1976 por un matrimonio con estrecha vinculación al régimen cívico-militar, tal es así que su apropiador hoy se encuentra detenido en el marco de una causa por crímenes de lesa humanidad.
El caso 108 fue esclarecido por la organización en noviembre último, al ser identificado el cuerpo de Mirtha Noelia Coutouné, cuyo embarazo, según se confirmó, no llegó a término, según reza la página de Abuelas.
02 agosto 2013
Georges Moustaki, leyenda de la canción francesa
El cantante y compositor francés Georges Moustaki, autor de canciones populares francesas clásicas como "Milord" o "Le Métèque", falleció este 23 de mayo a los 79 años. En 2011, Moustaki reveló que sufría problemas respiratorios y que su enfermedad "irreversible" lo dejaba "definitivamente incapaz de cantar".
25 julio 2013
20 julio 2013
12 julio 2013
Dr. René Favaloro
(Del Dr. René Favaloro/ julio 29-2000 - 14,30 horas)
Si se lee mi carta de renuncia a la Cleveland Clinic, está claro que mi regreso a la Argentina (después de haber alcanzado un lugar destacado en la cirugía cardiovascular) se debió a mi eterno compromiso con mi patria. Nunca perdí mis raíces.. Volví para trabajar en docencia, investigación y asistencia médica. La primera etapa en el Sanatorio Güemes, demostró que inmediatamente organizamos la residencia en cardiología y cirugía cardiovascular, además de cursos de post grado a todos los niveles.
Le dimos importancia también a la investigación clínica en donde participaron la mayoría de los miembros de nuestro grupo.
En lo asistencial exigimos de entrada un número de camas para los indigentes. Así, cientos de pacientes fueron operados sin cargo alguno.. La mayoría de nuestros pacientes provenían de las obras sociales. El sanatorio tenía contrato con las más importantes de aquel entonces.
La relación con el sanatorio fue muy clara: los honorarios, provinieran de donde provinieran, eran de nosotros; la internación, del sanatorio (sin duda la mayor tajada).
Nosotros con los honorarios pagamos las residencias y las secretarias y nuestras entradas se distribuían entre los médicos proporcionalmente.
Nunca permití que se tocara un solo peso de los que no nos correspondía.
A pesar de que los directores aseguraban que no había retornos, yo conocía que sí los había. De vez en cuando, a pedido de su director, saludaba a los sindicalistas de turno, que agradecían nuestro trabajo.
Este era nuestro único contacto.
A mediados de la década del 70, comenzamos a organizar la Fundación. Primero con la ayuda de la Sedra, creamos el departamento de investigación básica que tanta satisfacción nos ha dado y luego la construcción del Instituto de Cardiología y cirugía cardiovascular.
Cuando entró en funciones, redacté los 10 mandamientos que debían sostenerse a rajatabla, basados en el lineamiento ético que siempre me ha acompañado.
La calidad de nuestro trabajo, basado en la tecnología incorporada más la tarea de los profesionales seleccionados hizo que no nos faltara trabajo, pero debimos luchar continuamente con la corrupción imperante en la medicina (parte de la tremenda corrupción que ha contaminado a nuestro país en todos los niveles sin límites de ninguna naturaleza). Nos hemos negado sistemáticamente a quebrar los lineamientos éticos, como consecuencia, jamás dimos un solo peso de retorno. Así, obras sociales de envergadura no mandaron ni mandan sus pacientes al Instituto.
¡Lo que tendría que narrar de las innumerables entrevistas con los sindicalistas de turno!
Manga de corruptos que viven a costa de los obreros y coimean fundamentalmente con el dinero de las obras sociales que corresponde a la atención médica.
Lo mismo ocurre con el PAMI. Esto lo pueden certificar los médicos de mi país que para sobrevivir deben aceptar participar del sistema implementado a lo largo y ancho de todo el país.
Valga un solo ejemplo: el PAMI tiene una vieja deuda con nosotros, (creo desde el año 94 o 95) de 1.900.000 pesos; la hubiéramos cobrado en 48 horas si hubiéramos aceptado los retornos que se nos pedían (como es lógico no a mí directamente).
Si hubiéramos aceptado las condiciones imperantes por la corrupción del sistema (que se ha ido incrementando en estos últimos años) deberíamos tener 100 camas más. No daríamos abasto para atender toda la demanda.
El que quiera negar que todo esto es cierto que acepte que rija en la Argentina, el principio fundamental de la libre elección del médico, que terminaría con los acomodados de turno.
Los mismo ocurre con los pacientes privados (incluyendo los de la medicina prepaga) el médico que envía a estos pacientes por el famoso ana-ana , sabe, espera, recibir una jugosa participación del cirujano.
Hace muchísimos años debo escuchar aquello de que Favaloro no opera más! ¿De dónde proviene este infundio?. Muy simple: el pacientes es estudiado. Conclusión, su cardiólogo le dice que debe ser operado. El paciente acepta y expresa sus deseos de que yo lo opere. 'Pero cómo, usted no sabe que Favaloro no opera hace tiempo?'. 'Yo le voy a recomendar un cirujano de real valor, no se preocupe'. El cirujano 'de real valor' además de su capacidad profesional retornará al cardiólogo mandante un 50% de los honorarios!
Varios de esos pacientes han venido a mi consulta no obstante las 'indicaciones' de su cardiólogo. '¿Doctor, usted sigue operando?' y una vez más debo explicar que sí, que lo sigo haciendo con el mismo entusiasmo y responsabilidad de siempre.
Muchos de estos cardiólogos, son de prestigio nacional e internacional.
Concurren a los Congresos del American College o de la American Heart y entonces sí, allí me brindan toda clase de felicitaciones y abrazos cada vez que debo exponer alguna 'lecture' de significación. Así ocurrió cuando la de Paul D. White lecture en Dallas, decenas de cardiólogos argentinos me abrazaron, algunos con lágrimas en los ojos. Pero aquí, vuelven a insertarse en el 'sistema' y el dinero es lo que más les interesa.
La corrupción ha alcanzado niveles que nunca pensé presenciar. Instituciones de prestigio como el Instituto Cardiovascular Buenos Aires, con excelentes profesionales médicos, envían empleados bien entrenados que visitan a los médicos cardiólogos en sus consultorios. Allí les explican en detalles los mecanismos del retorno y los porcentajes que recibirán no solamente por la cirugía, los métodos de diagnóstico no invasivo (Holter eco, camara y etc., etc.) los cateterismos, las angioplastias, etc. etc., están incluidos..
No es la única institución. Médicos de la Fundación me han mostrado las hojas que les dejan con todo muy bien explicado. Llegado el caso, una vez el paciente operado, el mismo personal entrenado, visitará nuevamente al cardiólogo, explicará en detalle 'la operación económica' y entregará el sobre correspondiente!.
09 julio 2013
07 julio 2013
01 julio 2013
Reflexiones sobre noticias/Juan Carlos Onetti
Así comenzó su carrera de asesino. Mataba por matar, sólo por placer. Hasta que un día un comisario sentado en un sillón de hamaca lo bajó del caballo de un tiro.
Julio Cortázar - Rayuela Cap. 7
Toco tu boca, con un dedo toco el borde de tu boca, voy dibujándola como si saliera de mi mano, como si por primera vez tu boca se entreabriera, y me basta cerrar los ojos para deshacerlo todo y recomenzar, hago nacer cada vez la boca que deseo la boca que mi mano elige y te dibuja en la cara, una boca elegida entre todas, con soberana libertad elegida por mi para dibujarla con mi mano en tu cara, y que por un azar que no busco comprender coincide exactamente con tu boca que sonríe por debajo de la que mi mano te dibuja...
...Me miras, de cerca me miras, cada vez mas de cerca y entonces jugamos al cíclope, nos miramos cada vez mas de cerca y los ojos se agrandan, se acercan entre sí, se superponen y los cíclopes se miran, respirando confundidos, las bocas se encuentran y luchan tibiamente, mordiéndose con los labios, apoyando apenas la lengua en los dientes, Jugando en sus recintos donde un aire pesado va y viene con un perfume viejo y un silencio. Entonces mis manos buscan hundirse en tu pelo, acariciar lentamente la profundidad de tu pelo mientras nos besamos como si tuviéramos la boca llena de flores o de peces, de movimientos vivos, de fragancia oscura. Y si nos mordemos el dolor es dulce, y si nos ahogamos en un breve y terrible absorber simultáneo del aliento, esa instantánea muerte es bella. Y hay una sola saliva y un solo sabor a fruta madura, y yo te siento temblar contra mi como una luna en el agua. (fragmento)
Alejandra Pizarnik - Piedra Fundamental
Sus ojos eran la entrada del templo, para mí, que soy errante, que amo y muero. Y hubiese cantado hasta hacerme una con la noche, hasta deshacerme desnuda en la entrada del tiempo.
Un canto que atravieso como un túnel.
Presencias inquietantes, gestos de figuras que se aparecen vivientes por obra de un lenguaje activo que las alude, signos que insinúan terrores insolubles.
Una vibración de los cimientos, un trepidar de los fundamentos, drenan y barrenan, y he sabido dónde se aposenta aquello tan otro que es yo, que espera que me calle para tomar posesión de mí y drenar y barrenar los cimientos, los fundamentos, aquello que me es adverso desde mí, conspira, toma posesión de mi terreno baldío, no, he de hacer algo, no, no he de hacer nada, algo en mí no se abandona a la cascada de cenizas que me arrasa dentro de mí con ella que es yo, conmigo que soy ella y que soy yo, indeciblemente distinta de ella.
En el silencio mismo (no en el mismo silencio) tragar noche, una noche inmensa inmersa en el sigilo de los pasos perdidos.
No puedo hablar para nada decir. Por eso nos perdemos, yo y el poema, en la tentativa inútil de transcribir relaciones ardientes.
¿A dónde la conduce esta escritura? A lo negro, a lo estéril, a lo fragmentado.
Las muñecas desventradas por mis antiguas manos de muñeca, la desilusión al encontrar pura estopa (pura estepa tu memoria): el padre, que tuvo que ser Tiresias, flota en el río. Pero tú, ¿por qué te dejaste asesinar escuchando cuentos de álamos nevados?
Yo quería que mis dedos de muñeca penetraran en las teclas. Yo no quería rozar, como una araña, el teclado. Yo quería hundirme, clavarme, fijarme, petrificarme. Yo quería entrar en el teclado para entrar adentro de la música para tener una patria. Pero la música se movía, se apresuraba. Sólo cuando un refrán reincidía, alentaba en mí la esperanza de que se estableciera algo parecido a una estación de trenes, quiero decir: un punto de partida firme y seguro; un lugar desde el cual partir, desde el lugar, hacia el lugar, en unión y fusión con el lugar. Pero el refrán era demasiado breve, de modo que yo no podía fundar una estación pues no contaba más que con un tren algo salido de los rieles que se contorsionaba y se distorsionaba. Entonces abandoné la música y sus traiciones porque la música estaba más arriba o más abajo, pero no en el centro, en el lugar de la fusión y del encuentro. (Tú que fuiste mi única patria ¿en dónde buscarte? Tal vez en este poema que voy escribiendo.)
Una noche en el circo recobré un lenguaje perdido en el momento que los jinetes con antorchas en la mano galopaban en ronda feroz sobre corceles negros. Ni en mis sueños de dicha existirá un coro de ángeles que suministre algo semejante a los sonidos calientes para mi corazón de los cascos contra las arenas. (Y me dijo: Escribe; porque estas palabras son fieles y verdaderas.)
(Es un hombre o una piedra o un árbol el que va a comenzar el canto...)
Y era un estremecimiento suavemente trepidante (lo digo para aleccionar a la que extravió en mí su musicalidad y trepida con más disonancia que un caballo azuzado por una antorcha en las arenas de un país extranjero).
Estaba abrazada al suelo, diciendo un nombre. Creí que me había muerto y que la muerte era decir un nombre sin cesar.
No es esto, tal vez, lo que quiero decir. Este decir y decirse no es grato. No puedo hablar con mi voz sino con mis voces. También este poema es posible que sea una trampa, un escenario más.
Cuando el barco alternó su ritmo y vaciló en el agua violenta, me erguí como la amazona que domina solamente con sus ojos azules al caballo que se encabrita (¿o fue con sus ojos azules?). El agua verde en mi cara, he de beber de ti hasta que la noche se abra. Nadie puede salvarme pues soy invisible aun para mí que me llamo con tu voz. ¿En dónde estoy? Estoy en un jardín.
Hay un jardín.
Las olas - Virginia Woolf
Virginia Woolf - Orlando
“Cuando los besos saben a alquitrán, cuando las almohadas son de hielo,
cuando el enfermo aprende a blasfemar,
cuando no salen trenes para el
cielo,
a la hora de maldecir,
a la hora de mentir.
Cuando marca sus
cartas el tahúr
y rompe el músico su partitura
y vuelve Nosferatu al
ataúd
y pasa el camión de la basura,
a la hora de crecer,
a la hora
de perder,
cuando ladran los perros del amanecer.”__
“En la posada del fracaso,
donde no hay consuelo ni ascensor,
el desamparo y la humedad
comparten colchón
y cuando, por la calle,
pasa la vida, como un huracán,
el hombre del traje gris
saca un sucio calendario del
bolsillo y grita
¿quién me ha robado el mes de abril?
¿pero cómo pudo sucederme a mí?
¿quién me ha robado el mes de abril?
Lo guardaba en el cajón
donde guardo el corazón.”__
“Cuando agoniza la fiesta
todas encuentran pareja
menos Lola
que se va, sin ser besada,
a dormirse como cada
noche sola
y una lágrima salada
con sabor a mermelada
de ternura
moja el suelo de su alcoba
donde un espejo le roba
la hermosura.
Nadie sabe cómo le queman en la boca
tantos besos que no ha dado,
tiene el corazón tan de par en par y tan oxidado.”__
“Algunas veces vivo, y otras veces
la vida se me va con lo que escribo,
algunas veces busco un adjetivo
inspirado y posesivo que te arañe el corazón.
luego arrojo mi mensaje,
se lo lleva de equipaje
una botella…, al mar de tu incomprensión.
No quiero hacerte chantaje,
sólo quiero regalarte una canción.”__
“Desnuda se sentía igual que un pez en el agua,
vestirla era peor que amortajarla,
inocente y perversa como un mundo sin dioses,
alegre y repartida como el pan de los pobres.
No quise retenerla, ¿de qué hubiera servido
deshacer las maletas del olvido?
Pero no sé qué diera por tenerla ahora mismo
mirando por encima de mi hombro lo que escribo.
Le di mis noches y mi pan, mi angustia, mi risa,
a cambio de sus besos y su prisa,
con ella descubrí que hay amores eternos
que duran lo que dura un corto invierno.”__
“No soporta el dolor, le divierte inventar
que vive lejos, en un raro país,
cuando viaja en sueños lo hace sin mí,
cada vez que se aburre de andar, da un salto mortal.
Cuando el sol fatigado se dedica a manchar
de rosa las macetas de mi balcón
juega conmigo al gato y al ratón,
si le pido “quédate un poco más”, se viste y se va.
Cuanto más le doy ella menos me da
Por eso a veces tengo dudas, ¿no será un tal Judas
el que le enseñó a besar?”