23 enero 2012

Luis Alberto Spinetta

Hoy tu sonrisa, es limpia y gira, quiero verte bailar...

LUIS ALBERTO SPINETTA

22 enero 2012

Es allí adonde voy/Clarice Lispector

Más allá de la oreja existe un sonido, en el extremo de la mirada Clarice Lispector: Cuentos Reunidosun aspecto, en las puntas de los dedos uno objeto: es allí adonde voy. En la punta del lápiz el trazo. Donde expira un pensamiento hay una idea, en el último suspiro de la alegría otra alegría, en la punta de la espada la magia: es allí adonde voy.
En la punta del pie el salto. Parece la historia de alguien que fue y no volvió: es allí adonde voy.
¿O no voy? Voy, sí. Y vuelvo para ver cómo están las cosas. Si continúan mágicas. ¿Realidad? Yo os espero. Es allí adonde voy.
En la punta de la palabra está la palabra. Quiero usar la palabra "tertulia", y no sé ni dónde ni cuándo. Al borde de la tertulia está la familia. Al borde de la familia estoy yo. A la orilla de mí estoy yo. Es hacia mí adonde voy.
Y de mí salgo para ver. ¿Ver qué? Ver lo que existe. Después de muerta es hacia la realidad adonde voy.
Mientras tanto, lo que hay es el sueño. Sueño fatídico. Pero después, después todo es real. Y el alma libre busca un rincón para acomodarse. Soy un yo que anuncia. No sé sobre qué estoy hablando. Estoy hablando de nada. Yo soy nada. Después de muerta me agrandaré y me esparciré, y alguien dirá con amor mi nombre. Es hacia mi pobre nombre adonde voy.

Y de allá vuelvo para llamar al nombre del ser amado y de los hijos. Ellos me responderán. Al fin tendré una respuesta. ¿Qué respuesta? La del amor. Amor: yo os amo tanto. Yo amo el amor. El amor es rojo. Los celos son verdes. Mis ojos son verdes. Pero son verdes tan oscuros que en las fotografías salen negros. Mi secreto es tener los ojos verdes y que nadie lo sepa. En el extremo de mí estoy yo. Yo, implorante, yo, la que necesita, la que pide, la que llora, la que se lamenta. Pero la que canta. La que dice palabras. ¿Palabras al viento? Qué importa, los vientos las traen de nuevo y yo las poseo. Yo a la orilla del viento. La colina de los vientos aullantes me llama. Voy, bruja que soy. Y me transmuto. Oh, perro ¿dónde está tu alma? ¿Está cerca de tu cuerpo? Yo estoy cerca de mi cuerpo. Y muero lentamente. ¿Qué estoy diciendo? Estoy diciendo amor. Y cerca del amor estamos nosotros.

16 enero 2012

Chéjov: una historia sencilla

Fue algo inesperado. Chéjov abrió la carta con curiosidad. La enviaba Dimitri Grigorovich, un prestigioso escritor de la época. Era 1886 y hasta entonces Chéjov publicaba cuentos humorísticos en la prensa popular. Un reducto que los autores de renombre despreciaban. De hecho, los escritores no tomaban en serio a Chéjov. Dimitri Grigorovich sería el primero. "Querido señor, Ud. posee un talento extraordinario. Sería una tragedia que continuara disipando sus condiciones en mezquinas chácharas", le escribió.
La carta emocionó a Chéjov. Entre su trabajo como médico y la permanente preocupación por su familia, sus pocas horas de ocio las dedicaba a escribir. "Todas las personas cercanas a mí siempre han menospreciado mi actividad de escritor y no han cesado de aconsejarme amistosamente que no cambiara mi ocupación actual por la de escritor. Tengo en Moscú cientos de conocidos, entre ellos dos docenas que escriben, y no puedo recordar ni a uno solo que haya visto en mí a un artista". Tenía 26 años. En los siguientes 18 demostraría el gran arista que era.
Su vida fue breve y a menudo difícil, pero creó una obra de enorme trascendencia. Su abuelo, Egor Mijáilovich Chéjov, era un siervo que en 1841, después de mucho trabajo, compró su libertad. Pagó 3.500 rublos por su liberación y la de sus cuatro hijos. Uno de ellos, Pavel, se hizo comerciante y en enero de 1860 fue padre de un niño al que bautizó como Antón Pavlovich, el que sería universalmente conocido como Chéjov. En apenas 44 años de vida, el nieto de aquel siervo se convertiría en uno de los dramaturgos más representados en el mundo y, con toda seguridad, en el cuentista más gravitante de la historia. Un maestro de la narración breve que influyó desde James Joyce a John Cheever.
A 150 años de su nacimiento, Chéjov es motivo de tributos en el mundo entero. En el Hampstead Theatre de Londres se realiza una semana de homenaje, Jubileo por Antón Chéjov. Paralelamente, se monta el espectáculo 100% Comedia, 100% Chéjov y para febrero se anuncian los montajes de La gaviota y Las tres hermanas. En Madrid acaba de estrenarse una versión de El jardín de los cerezos; en Cuba, La Feria del Libro de La Habana prepara un homenaje, y en Estados Unidos aparecen reediciones de sus libros. El epicentro de las celebraciones, en todo caso, será en junio, en el Festival Chéjov de Moscú, donde participará la obra chilena Neva, de Guillermo Calderón.

LA SUTILEZA Y LA IRONÍA

Chéjov fue el tercero de los cinco hijos de Pavel, un hombre católico y violento. Nació en Taganrog, al sur de Moscú. No tuvo una infancia feliz, pero se refugió en el juego y los cuentos. Le gustaba disfrazarse y pronto se enamoró del teatro. Desde joven se hizo cargo de su familia, luego de que su padre quebrara. Perseguido por las deudas, la familia se fue a Moscú. Chéjov se quedó en Taganrog, hasta terminar la secundaria. Hacía clases y enviaba dinero a su familia. Ganó una beca para estudiar Medicina en Moscú y comenzó a escribir cuentos para los diarios. La "pequeña prensa", ajena a la gran literatura rusa, se convirtió en el laboratorio del cuento para él.
En el siglo XIX, Rusia produjo verdaderos monstruos literarios: Pushkin, Gógol, Turgueniev, Dostoievski, Tolstói. Pero a diferencia de ellos, los personajes de Chéjov no son heroicos ni iluminados. Son criaturas comunes y corrientes: soldados, mujeres, funcionarios. Y a diferencia de aquellos tótems, Chéjov opta por el tono menor, la sutileza y la ironía. "Si un hombre no comprende las bromas, ponle cruz y raya", anotó.
Chéjov quería hacer un arte que reflejara la verdad de la vida. "Cada hombre vive su verdadera vida en secreto, bajo el manto de la noche", escribió en La dama del perrito. "Todo el sentido y todo el drama del hombre se encuentran en su interior y no en sus manifestaciones exteriores", decía. Aplicó esa idea a sus cuentos y al teatro. En sus obras, sus personajes suelen hablar trivialidades y, a través de ellas, se revela el drama.
Al principio la gente no lo comprendió. Ni siquiera Stanislavski, que montó La gaviota. Sólo al final, por la insistencia del director del Teatro Arte de Moscú, fue apreciado como dramaturgo. Aun así, después del estreno de Tío Vania, Tolstoi le dijo: "Tus obras de teatro son aún peores que las de Shakespeare".
Gran creador de aforismos, le dijo a su editor: "Déme una mujer que, como la Luna, no aparezca todos los días en mi cielo". Ella fue la actriz Olga Knipper, con la que mantuvo un matrimonio casi por correspondencia. Ya estaba gravemente enfermo. La tuberculosis había dañado irremediablemente sus pulmones. Olga estuvo con él en Badweiler, la noche de su muerte, el 15 de julio de 1904, como lo relataría, casi un siglo después, Raymond Carver en Tres rosas amarillas. En él incluye una declaración que define el arte de Chéjov: "Sigo sin tener posición política, religiosa o filosófica firme. Cambio todos los meses; por eso estoy obligado a atenerme a contar cómo mis héroes aman, se casan, hacen hijos, mueren y hablan".
Fuente: Andrés Gómez Bravo

10 enero 2012

"Fue revolucionario pensar que la poesía no debía tener contenido didáctico"

"Fue revolucionario pensar que la poesía no debía tener contenido didáctico":
Entrevista con M. E. Walsh
por Alicia Origgi

Esta entrevista fue realizada hace algún tiempo por Alicia Origgi en colaboración con Mónica Amaré, cuando visitaron a María Elena Walsh en su despacho de SADAIC (Sociedad Argentina de Autores y Compositores).

Usted siempre menciona que en su casa de infancia había una gran disponibilidad de libros. ¿Cuáles recuerda especialmente? ¿Leía historietas?

Recuerdo colecciones de cuentos infantiles; había una llamada Araluce de libritos encuadernados donde estaban El barón de Munchhausen y cuentos clásicos contados para chicos. Leía los cuentos españoles de editorial Calleja. Desde muy temprano me fascinaron los cuentos de Las mil y una noches. En mi casa paterna leí a Dickens en castellano y a Julio Verne. He leído historietas de una revista llamada Pif-Paf y en Billiken; también las historietas del suplemento infantil en color del diario Crítica.

Además recibía oralmente de mis padres mucho cuento en verso. La cultura familiar, en mi casa, era de mucha lectura pero no de tipo académico. No había universitarios en la familia, pero sí se tenía afición por la buena lectura.

¿Cuáles fueron sus lecturas de adolescencia?

Mi lectura principal era poesía, las rimas de Bécquer, Núñez de Arce, Juan Ramón Jiménez; he leído mucha poesía española del Siglo de Oro. También a Rubén Darío, Pablo Neruda. Leía libros y antologías mientras cursaba la carrera de Bellas Artes.

¿Cómo surge en usted, que primero se dedica a la poesía para adultos, la idea de destinar una nueva etapa de su producción a los niños?

No sé, ahí hay una reconstrucción de una herencia principalmente en inglés, reconstrucción en español de las Nursery Rhymes, que me las han contado de chica y luego leí y aprecié muchísimo de grande, principalmente eso. Y después la inspiración en la poesía popular hispanoamericana, donde hay muchos juegos, mucha sencillez, mucho disparate. Esas fueron las dos fuentes.

¿En qué etapa de su vida lee esa poesía popular?

En la juventud. Consulté en Europa el Diccionario de Oxford de las Nursery Rhymes que era muy completo y anotado. Leí los cancioneros de Carrizo y algunas recopilaciones folklóricas españolas con letras y música populares.

De la literatura infantil que Ud. conoció anterior a Tutú Marambá, ¿qué autores eran los clásicos mas difundidos aquí en Argentina?

En mi infancia lo que más circulaba era Constancio C. Vigil. A mí me gustaron algunos cuentos de él pero creo que los rechacé después muy rápidamente por la parte didáctica y moralista. Era un autor muy popular, muy en circulación. Después no recuerdo en mi infancia autores específicamente para chicos, sino cuentos clásicos. Aprecié mucho a José Sebastián Tallon, también parcialmente a otros escritores como Horacio Quiroga y Fryda Schultz de Mantovani, tuvieron algunas obras para chicos muy rescatables.

¿Qué novedad considera Ud. que presentaron sus poemas respecto de esa producción literaria anterior?

Creo que la novedad fue que no tenían ningún carácter docente ni moralista ni eran aplicadas al programa escolar. Era un concepto revolucionario el pensar que la versificación no tenía porqué tener un contenido didáctico. En 1964 era un concepto novedoso.

(Aquí la autora se sonríe recordando su ponencia en las Jornadas Pedagógicas de la Organización Mundial de Enseñanza en 1964 titulada: La poesía en la primera infancia. Los conceptos expresados en dicho trabajo tienen aún vigencia:

"Pensemos que nuestros niños, desprovistos de abuelas tradicionales o nodrizas memoriosas, lo primero que oyen y aprenden son los jingles publicitarios. De lo que se deduce que una de las actuales nodrizas del niño es la televisión, y que de ella absorbe las más precarias formas de versificación, música y atropello de la sintaxis. Una seudopoesía destinada no a despertar sus sentimientos y su imaginación, sino a moldearlo como consumidor ciego de un orden social que hace y hará todo lo posible por estupidizarlo.

"Solicitado por los jingles o los malos versos didácticos, el niño no tiene más camino que el que le abran con segura mano sus maestras del Jardín de Infantes." (1)

(...)

(El acto de escribir para los niños) "Significa en definitiva 'reconstruir', recoger piezas dispersas de un gran rompecabezas. Reconstruir o reinventar una tradición rota o fragmentada. Reconstruir datos dispersos de la propia infancia. Reconstruir la infancia de los niños actuales, amenazados en su inocencia por toda una sociedad insensible. Reconstruir de alguna manera la relación a menudo defectuosa entre padres e hijos: un verso, una canción pueden ser lazos de reunión. La poesía es en definitiva reconstrucción y reconciliación, es el elemento más importante que tenemos para no hacer de nuestros niños ni robots ni muñecos conformistas, sino para ayudarlos a ser lo que deben ser: auténticos seres humanos."(2)

Hoy se habla de un "boom" de la literatura infantil y juvenil. ¿Cómo ve este fenómeno en la Argentina, este movimiento editorial que hay? ¿Está al tanto de lo que se ha producido para chicos en los últimos años? ¿Por qué carriles está transitando?

No estoy al tanto de todo, mi opinión va a ser un poco frívola, un poco "light" como son todas las opiniones en nuestro país. Conozco parcialmente y aprecio algunos autores como Graciela Montes, Laura Devetach, Elsa Bornemann, Ema Wolf, Gustavo Roldán y Ricardo Mariño.

La escritura fue un fenómeno de la democracia, donde apareció mucha literatura infantil que estaba guardada y que decidieron publicar. A mí me parece bueno, porque cuanto mayor sea la producción vamos a tener más posibilidad de que haya obras de calidad.

Notas

(1) Walsh, María Elena. La poesía en la primera infancia, en su libro Desventuras en el País-Jardín-de- Infantes. Buenos Aires, Sudamericana, 1993, p.119.

(2) Ibid., p. 127.

09 enero 2012

El fin de semana

La cuestión previa: sería esa recurrente sensación del mal uso, quizá del desgaste, de las propias facultades; la necesidad de readquirir algunos hábitos y horarios; luego algunas percepciones; finalmente, la aptitud para expresarlas. Desde este ángulo, nuevamente en cero, como a los veinte, a los treinta años, cunado me asombraba la distancia entre lo sque era capaz de percibir y lo que alcanzaba a decir. Por supuesto, no estoy en cero. He ganado muchas cosas, he perdido unas pocas.

Lo que nos rodea lo percibimos como un amontonamiento genial de estupidez y codicia mezcladas. Debemos hacer un catálogo, con la tenacidad de Huxley, de Orwell.

Poder hacer a un lado todo eso que odiamos, y sacudirnos la impotencia que nos provoda ese odio. Es como si la insignificancia, la venalidad, la traición, la cueldad formaran una montaña tan impresionante que la sola idea de desgastarla, corroerla, minarla resultara ridícula.

Amontonemos todos los diarios, lo que dicen los diarios desde que uno se levanta -la mentira irrisoria, la calumnia pagada, la estupidez elevada a virtud, el heroísmo o el sacrificio detractado, el cambio descripto como el demonio, la ususrpación defendida, el crimen ocultado, la prepotencia pasada por alto. [...]

Rodolfo Walsh (fragmento), 1972.
En Ese hombre y otros papeles personales
Ed. Seix Barral, 1996, pp. 194-195

01 enero 2012

Polvo enamorado/Quevedo y el Barroco español en la poética de Joaquín Sabina

Jorge Luis Borges dijo de Francisco de Quevedo que “es menos un hombre que una dilatada y compleja literatura” (Borges, 2002: 44). De Joaquín Sabina (Úbeda, Jaén, 1949) podríamos afirmar que es a la vez un hombre y una literatura dilatados y complejos. Su vida no es menos importante que su obra, más allá de la autorreferencialidad en todo momento presente en las letras de sus canciones. Lo mismo, a pesar del juicio borgesiano, habrá ocurrido seguramente con Quevedo y sus poemas. Pero no por ello caeremos en biografismos ya superados. Ocurre que lo que caracteriza a Sabina es su pertenencia a la era posmoderna de los medios de difusión masiva y de la reproductibilidad técnica de la obra de arte, al decir de Walter Benjamín, lo que a partir de su exhibición pública pone a su persona en un mismo plano de exposición -si no mayor- que el de su cancionero.

Al respecto, Marcela Romano apunta, bajo el sugestivo título de “¿La enunciación en persona?”, que “[a]l modelo de productor individual, discretamente implícito en la escritura, sucede otro fuertemente explícito, presente, quien, simultáneamente con el texto, exhibe la voz, el cuerpo, los gestos, la vestimenta” (Romano, 1994a: 65), al que la estudiosa denomina “sujeto espectacular”. Esa exhibición de la persona, la cual nosotros consideramos que aun excede su rol de artista y se entrelaza con el autor empírico, se verifica en el hecho de que los tres libros editados sobre Sabina son biografías o compilaciones de anécdotas (cf. Miguel, 1996; Menéndez Flores, 2001; Cardillo, 2003), aunque en ellos aún podemos rescatar referencias a su obra. Sin embargo, la exposición del artista posmoderno va mucho más allá y llega hasta los programas de televisión y de radio, los sitios de Internet, las revistas de “interés general” y la prensa del corazón, es decir, el sistema de producción y consumo del llamado mundo del espectáculo.1

En el plano estrictamente artístico, como asimismo señala Romano, cuando nos hallamos ante poesía originalmente escrita que ha sido musicalizada (el caso paradigmático es el de Joan Manuel Serrat y su interpretación de los poemas de Antonio Machado y Miguel Hernández), “importa menos el poeta que el cantante que la divulga” (65) a través de “una nueva reorganización que va desde la concurrencia y la confusión autorales, hasta el reemplazo y desaparición del autor primero” (65).2 Pero también puede ocurrir lo contrario. Por ejemplo, en la versión de Serrat de “Cantares”, no hay división explícita entre los versos que han sido tomados de Machado y los que en este caso agrega el cantautor catalán, lo que, según hemos cotejado con oyentes de la canción, produce en muchos de los casos el efecto de creencia de que toda la letra le pertenece al poeta sevillano. Aun así, paradójicamente, el oyente de un disco o de un recital está escuchando (y, en el segundo caso, también viendo) a Serrat, no a Machado. Para identificar a éste, es necesaria una enciclopedia -en el sentido que le otorga al término Umberto Eco-, una competencia, en la cual es prerrequisito que el oyente sepa que en el repertorio de Serrat hay poemas musicalizados de Machado o bien conozca previamente sus textos y los identifique entre el resto de las canciones.
Joaquín Sabina se emancipa inmediatamente después de la edición de su primer disco (Inventario, 1978) de la musicalización de poesía y lo que precisamente lo caracteriza es, salvo en muy contados casos de coautoría o de interpretación de canciones de otros autores, la preeminencia de sus letras, tanto en el sentido de que éstas son dominantes absolutas en su cancionero como en el de que posee una intervención limitada en su musicalización.3 En este sentido, el poeta Luis García Montero define: “Joaquín Sabina es cantante y poeta. Por ajustar más: no un cantante metido a poeta, sino un poeta metido a cantante” (García Montero, 2001: 8). Por ello, y para comenzar a establecer sus relaciones con la serie de la literatura española, resulta especialmente interesante dar cuenta de que el único texto de esta serie que Sabina musicaliza (como hemos dicho, en su álbum debut) es un texto medieval, el “Romance de la gentil dama y el rústico pastor”.

24 diciembre 2011

Las Navidades de Borges

Le preguntamos hace poco a María Kodama cómo era la Nochebuena para Borges. Así supimos que, de niño, Borges pasaba la Navidad en la casa de su abuela inglesa, Frances Haslam, la madre de su padre, quien vivía al lado de su casa. Que le encantaba mirar cómo ella armaba el árbol, pero que luego sentía algo muy singular para un chico: que no merecía los regalos que le hacían.

Esta idea, de no ser merecedor de presentes, es reconocida por el propio Borges en la dedicatoria que le hace a su madre, Leonor Acevedo de Borges en la primera edición de sus Obras Completas (1974): "Yo recibía los regalos y yo pensaba que no era más que un chico y que no había hecho nada, absolutamente nada para merecerlos. Por supuesto, nunca lo dije: la niñez es tímida".

Algo de ese descontento interno, de esta autodemonización está latente en los primeros versos de su poema El espejo que comienza así: "Yo, de niño, temía que el espejo/Me mostrara otra cara o una ciega/Máscara impersonal que ocultaría /Algo sin duda atroz".

¿Qué monstruo interior se alojaría en ese Georgie tímido, amante de las lecturas de Stevenson, no de los juegos de destreza, atento observador, en el Zoológico, "del tigre rayado, asiático, real". Su infancia transcurrió en Palermo, en la calle Serrano, luego se trasladó a Ginebra, para volver a Buenos Aires y mudarse varias veces.

María Kodama supone que, más tarde, Borges pasaría las Navidades con sus padres y su hermana Norah, y después de la muerte del padre, con su madre en la casa de Norah.

A partir de los años 60, María es invitada al departamento para pasar la Nochebuena con Borges y su madre. Una que otra vez festejaban con amigos. ¿Cómo eran las celebraciones en la calle Maipú? Parece que no había árbol ni pesebre (todos sabemos de su agnosticismo), pero sí una mesa festiva, con un centro sembrado de lamparitas, velas y algún otro símbolo navideño. Por supuesto, la sidra y el pan dulce no faltaban.

Muchas veces, después de la muerte de doña Leonor, Borges y María pasaron juntos las Navidades en Nueva York, en los restaurantes de los hoteles, tan maravillosamente adornados para las fiestas, en pleno invierno. Otras veces, lo hicieron en Ginebra. En alguna oportunidad también festejaron en algún restaurante de Buenos Aires, con Enrique Pezzoni y Alberto Girri. El ritual de ambos consistía en comer pavo, brindar con champagne a la medianoche de la Nochebuena, y hacerse regalos.

Ahora, sí, él aceptaba de buen grado los presentes. ¿Se creería merecedor de ellos, o aún no? Nunca lo sabremos. María le regalaba corbatas, libros, marrons glacés ("le encantaban"), y él, siempre, sin excepción, libros. ¿Qué libros? Sagas islandesas, épica anglosajona, en alguna ocasión, poemas de Valéry.

¿Qué significaba la Navidad para Borges?, le preguntamos a María. Ella cree que lo que le gustaba era el espíritu de la Navidad, sobre todo, seguir una tradición.

Desmond Morris, en su ilustrativo libro Tradiciones de Navidad , dice que "la misa de medianoche es la más antigua de las costumbres cristianas de las fiestas navideñas. Se celebra desde el siglo V, cuando el Papa la oficiaba en Roma, en la iglesia de Santa María la Mayor. Tradicionalmente, se celebran tres misas: una a medianoche, otra al cantar el gallo y una tercera a plena luz del día". Hay quienes consideran a la misa de gallo la más importante porque cuentan que, justo antes del alba, fue un gallo el que anunció el nacimiento de Cristo.

Pero seguramente Borges sólo rememoraría las Navidades de su infancia, el árbol que adornaba su abuela Fanny mientras él la observaba con atención y quizá dejaría en el olvido una Nochebuena que fue decisiva en su vida. Son nuestras suposiciones, claro está. Para los que conocen a fondo su biografía, el dato no va a ser sorprendente. Pero sí para otros.

En la Nochebuena de 1938, pocos meses después de la muerte de su padre, Borges -que ya no veía bien- tuvo un accidente que lo llevó al borde la muerte. "Fue en vísperas de Navidad -contó su madre a la revista francesa L´Herne - y él fue a buscar a una invitada a cenar. El ascensor no funcionaba y él subió la escalera muy rápido, no se apercibió de la hoja abierta de una ventana. La herida no fue, al parecer, bien curada, y se complicó con una infección, alta temperatura y alucinaciones. Al cabo de dos semanas, la fiebre empezó a descender y él me pide que le lea una página. [?] De vuelta a su casa, él se dispone a escribir un cuento fantástico, el primero." Tuvo una septicemia, la infección de esa herida producida por el golpe contra la ventana recién pintada.

Lo más peculiar es el giro que a partir de entonces toma su literatura. Sería como el disparador de un nuevo estilo en Borges, de una nueva concepción creadora. Algo pasó en su cerebro, opinaba su madre, quien, por otra parte, prefería las cosas que su hijo escribía antes de ese incidente. Es a partir de ese momento también que Borges comienza a dictar sus textos con cierta asiduidad.

En su libro Borges por él mismo , el crítico uruguayo Rodríguez Monegal se refirió a este hecho de la siguiente manera: "Después del accidente, Borges reaparece transformado en un escritor distinto, engendrado sólo por sí mismo. Antes del accidente era un poeta, un crítico de libros; después del accidente será el redactor de arduos y fascinantes laberintos verbales, el productor de una nueva forma, el cuento que es a la vez un ensayo. El nuevo Borges [el nuevo escritor] va mucho más lejos que cualquier proyecto de su padre".

Esto sucedió en la Nochebuena de 1938, cuando Borges tenía la edad de treinta y nueve años. Y hoy se cumplen exactamente 50 años de este extraño y significativo accidente.

¿Le debemos a esa Navidad y a ese desgraciado hecho personal, el nacimiento de una faceta absolutamente distinta en su obra? Esa singularidad y ese género que son llamados "literatura fantástica" y que quizás -en su faceta metafísica- mucho hayan aportado para la construcción de su celebridad mundial y para la maduración de su voz creadora.

No hay mal que por bien no venga, dicen los mayores. En este caso, seguramente les daremos la razón.

En este día tan especial, en esta noche de Natividad, que nos invita a nacer a lo bueno, a lo nuevo, que nos invita a dar y recibir amor ¡felicidades para todos y un brindis especial a la memoria de Jorge Luis Borges!

FUENTE: Alina Diaconu|la nacion|24 de diciembre de 2008

19 diciembre 2011

10 años del asesinato de “Pocho” Lepratti en Rosario

Claudio “Pocho” Lepratti estaba el 19 de diciembre de 2001, subido a la terraza de la escuela “Mariano Serrano” en el barrio Las Flores de Rosario, donde era ayudante de cocina. Intentó parar la represión desatada en esa ciudad en los momentos finales del gobierno de Fernando de la Rúa, cuando el intendente de la ciudad era Hermes Binner, pero los policías del móvil 2270 levantaron sus escopetas y le dispararon.

Un perdigón de plomo le atravesó la tráquea y lo mató. Fue una de las siete víctimas rosarinas de la represión que sofocó la rebelión popular que terminó de todos modos con el gobierno de la Alianza. Su padre, Orlando Lepratti, le planteó al entonces gobernador Carlos Reutemann la responsabilidad que habían tenido los funcionarios políticos en la represión.

Su amigo y compañero en ATE, Gustavo Martínez, cree que Lepratti se transformó en una nueva bandera para la ciudad. “Era un personaje atípico, muy callado, un militante barrial de muy bajo perfil. Tenía una formación sólida, pasó cinco años como seminarista e hizo votos de pobreza. Vivía en medio de la villa”, lo define.

Pocho Lepratti tenía 35 años, era el mayor de seis hermanos. Había nacido en Concepción del Uruguay, Entre Ríos, pero decidió vivir en el barrio Ludueña de Rosario, donde coordinaba talleres para niños y daba clases de teología en la escuela del padre Edgardo Montaldo.

“La figura de Pocho es la de aquel que se entregó a la causa de los demás, se entregó a los adolescentes de Ludueña y les dictó catequesis, los convocó a campamentos, les enseñó a tocar la guitarra, los instó a estudiar, a ser solidarios, a vivir con dignidad a pesar de la pobreza, a no bajar nunca los brazos”, describió Montaldo.

También trabajaba grupos de jóvenes que había formado, como La Vagancia. “Siempre nos decía que pase lo que pase sigamos adelante, que si terminamos la primaria empecemos la secundaria, que nada nos pare. Y nosotros vamos a seguir”, afirmó Milton, miembro de ese grupo.

El padre Montaldo recordó entrevistado por el diario “La Capital” de Rosario que el día del velatorio de Lepratti un policía de la comisaría 12ª lo abordó preocupado por las connotaciones que podría tener ese acontecimiento. El sacerdote respondió que “a Pocho lo mató un cana en su lugar de trabajo y sus compañeros de la comisaría le podrán contar, en relación con la historia del barrio, la cantidad de adolescentes y jóvenes que no conocieron la seccional gracias a su prédica”.

Montaldo precisó que Lepratti, luego de abandonar el seminario salesiano de Funes en 1991, se quedó a vivir en un humilde barrio de Ludueña y se acercó a colaborar en la tarea de contención social de los adolescentes del barrio, al tiempo que militaba gremialmente en la Cocina Centralizada, donde fue delegado y participó de la histórica carpa como uno de los tantos despedidos por su actividad sindical.

“En un momento en que la mayoría de los chicos que andan desorientados y desocupados se juntan alrededor del gran negocio de la droga y la delincuencia, muchos de ellos se nuclearon alrededor de sus sueños e inquietudes”, agregó el sacerdote.

Recorría en bicicleta el trayecto desde Ludueña hasta Las Flores por la avenida de Circunvalación. Una vez le preguntaron por qué no se compraba un auto o una moto. “No quieras cambiarme la política”, respondió. Se autodefinía como un “cristiano revolucionario”.

Hablaba poco pero cuando lo hacía era preciso. “El trabajo nos hace ascender como personas, mientras que su falta nos incita a la violencia, a la droga, a la delincuencia”, expresó en una oportunidad. El grupo La Vagancia elaboró una publicación barrial llamada El Ángel de Lata, que en su primera editorial proclamaba ser “los que denunciamos la explotación de los padres y de los chicos, los que acusamos a los señores dueños de todo, hasta de la tierra que en un tiempo fue de todos”.

Fue otro asesinato
El policía Esteban Velázquez está procesado por el homicidio de Lepratti. Sin embargo, la Justicia determinó que no hay elementos para acreditar que el otro policía que iba en el patrullero, Rubén Pérez, haya sido partícipe porque nada indicaría que supiera que Velázquez había cargado la escopeta Itaka con balas de plomo.

De todos modos, la dirección de Asuntos Internos de la policía provincial reconoció en un informe que “el asesinato del militante social Lepratti ocurrió fuera de la zona de saqueos y en los fondos de una escuela”, y que “no se justifica haber efectuado los disparos reconocidos, aun en carácter intimidatorio”.

Los policías acusados habían argumentado que abrieron fuego porque fueron atacados a balazos por vecinos apostados en el techo de la escuela. Pero una pericia realizada sobre los disparos que tenía el móvil que usaron ese día determinó que los disparos tienen una trayectoria de abajo hacia arriba, es decir que nunca pudieron haber sido realizados por los vecinos. Pero ésta no es la única irregularidad del caso.

En diálogo con Página/12 el abogado Federico Garat relató que una de las testigos recogió un cartucho naranja, que corresponde a la munición de plomo, lo entregó al personal policial, y éstos le dieron a la Justicia uno verde, que contiene balas de goma. “Tienden al encubrimiento del hecho”, opinó el abogado que lleva el caso Lepratti y el de otros dos asesinados: Juan Delgado y Walter Campos. Incluso los uniformados se permitieron un detalle macabro: la división judiciales de la Unidad Regional II denunció a Lepratti después de muerto por resistencia a la autoridad y daños calificados.

“Quizá lo mandaron a matar porque molestaba el trabajo que hacía, sacaba a los chicos de la droga y de la calle, los hizo estudiar o hacer deportes. No sé, eso se comenta”, especula Orlando Lepratti.

Cuando fue recibido por Reutemann le planteó que el secretario de Seguridad y los jefes policiales también son responsables por el uso de balas de plomo de sus subordinados y por haber reprimido no sólo a los que saqueaban. “No me contestó nada, sólo dijo que desconocía algunos detalles, me aseguró que no hubo orden de matar y recordó que habían echado al secretario de Seguridad”, refiere sobre su encuentro con el gobernador. “Tienen que caer también los de arriba”, enfatizó acongojado.

Las siete muertes registradas en Rosario están caratuladas como homicidio simple y son investigadas por el juez de instrucción Osvaldo Barbero. Respecto de cinco de las siete muertes no hay detenidos ni imputados. Desde 1983 hubo allí 75 muertos por el gatillo fácil. En 1989, cuando Raúl Alfonsín abandonaba la presidencia presionado por los primeros saqueos, Lepratti llegaba a la ciudad.

“Nosotros siempre ponemos los muertos, pero nunca nos matan del todo”, se escuchó decir hace un año en el velatorio de Pocho. Y su amigo Martínez escribió para despedirlo que “ahora andará por el Cielo organizando mateadas y guisos con los pibes que no llegaron a conocerlo porque ‘se murieron’ antes a causa del gatillo fácil, el hambre, enfermedades curables, ‘suicidios carcelarios’, bolsitas y submarinos, y otros tantos accidentes del capitalismo”.

El año pasado se inauguró en Concepción del Uruguay un busto de homenaje al militante caído, pero de pie siempre en la memoria, al cumplirse otro aniversario de su asesinato.
Fuente: (www.lafogata.org)

17 diciembre 2011

Palabras a mi Madre/Alfonsina Storni

No las grandes verdades yo te pregunto, que
no las contestarías; solamente investigo
sí, cuando me gestaste, fue la luna testigo,
por los oscuros patios en flor, paseándose.

Y sí , cuando en tu seno de fervores latinos,
yo escuchando dormía, un ronco mar sonoro
te adormeció las noches, y miraste en el oro
del crepúsculo, hundirse los pájaros marinos.

Porque mi alma es toda fantástica, viajera
y la envuelve una nube de locura ligera
cuando la luna nueva sube al cielo azulino.

Y gusta si el mar abre sus fuertes pebeteros.
arrullada en un claro cantar de marineros
mirar las grandes aves que pasan sin destino.

Sala Capriasca-Suiza 22 o 29 de mayo de 1892 – Mar del Plata-Argentina 25 de octubre de 1938

12 diciembre 2011

Roland Barthes/Circunscribir

"Ese proyecto es loco, puesto que lo imaginario es precisamente definido por su coalescencia (su engrudo), o todavía más: su poder de impregnación: nada, de la imagen, puede ser olvidado; una memoria extenuante impide abandonar a voluntad el amor, en suma, habitarlo sabiamente, razonablemente. Puedo muy bien imaginar procedimientos para obtener la circunscripción de mis placeres (convertir la escasez de frecuentación en lujo de la relación, a la manera epicúrea; o, más aún, considerar al otro como perdido, y por lo tanto experimentar, cada vez que el vuelve, el alivio de una resurrección), pero es un vano trabajo: la miseria amorosa es indisoluble; se debe sufrir o salirse: arreglar es imposible (el amor no es didáctico ni reformista)."
(fragmento)

07 diciembre 2011

Ensayo sobre la Ceguera/José Saramago

“Buena idea, vamos a probar, y todos se mostraron de acuerdo, que sí que era una buena idea, sólo la chica de las gafas oscuras se quedó en silencio, sin decir nada sobre la pala o el azadón, su manera de hablar eran, por ahora, lágrimas y lamentos, Tuve yo la culpa, lloraba, y era verdad, no se podía negar, pero también es cierto, si eso le sirve de consuelo, que si antes de cada acción pudiésemos prever todas sus consecuencias, nos pusiésemos a pensar en ellas seriamente, primero en las consecuencias inmediatas, después, las probables, más tarde las posibles, luego la imaginables, no llegaríamos siquiera a movernos de donde el primer pensamiento nos hubiera hecho detenernos. Los buenos y los malos resultados de nuestros dichos y obras se van distribuyendo, se supone que de forma bastante equilibrada y uniforme, por todos los días del futuro, incluyendo aquellos, infinitos, en los que ya no estaremos aquí para poder comprobarlo, para congratularnos o para pedir perdón, hay quien dice que eso es la inmortalidad de la que tanto se habla, Lo será, pero este hombre está muerto y hay que enterrarlo”

Ensayo sobre la Ceguera/José Saramago
(fragmento)

02 diciembre 2011

Para Nicanor Parra, el Cervantes

El poeta chileno de 97 años, autor del concepto de la "antipoesía", fue distinguido con el máximo premio de la lengua castellana. Matemático, físico y hermano de la conocida folklorista Violeta Parra, el escritor contaba ya, entre otros reconocimientos, con el Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana 2002. Dentro de su extensa obra se destacan Cancionero sin nombre, Poemas y antipoemas, Manifiesto, Canciones rusas, Obra gruesa, Artefactos, Sermones y prédicas del Cristo de Elqui y Hojas de Parra.

Nacido en 1914 en San Fabián de Alico, Parra comenzó a escribir poesía siendo muy joven: su primer libro, Cancionero..., fue publicado en 1937. Con el paso de los años adoptó una línea denominada por él mismo "antipoesía", que supuso la introducción del lenguaje cotidiano en la poesía tradicional, según experimentó en Poemas y antipoemas (1954).

Sus poemas, así como también sus ensayos y cuentos, fueron traducidos a numerosos idiomas y galardonados con el Premio Internacional Juan Rulfo y el Premio Nacional de Literatura de Chile en dos ocasiones (1969 y 1981). Parra figuraba entre los favoritos a obtener el Cervantes, junto con los escritores Ernesto Cardenal, Fernando Vallejo, Ricardo Piglia, Eduardo Galeano y Fina García Marruz.

Parra, "sobreviviente" del trío de grandes poetas chilenos, junto con Pablo Neruda y Vicente Huidobro, amalgamó el realismo y el surrealismo: "Qué es un antipoeta: un comerciante en urnas y ataúdes/ un sacerdote que no cree en nada/ un general que duda de sí mismo.../ Qué es la antipoesía: un temporal en una taza de té/ una mancha de nieve en una roca/...marque con una cruz la definición que considere correcta".

Tanto la ministra de Cultura de España, Ángeles González-Sinde, como la presidenta del jurado, Margarita Salas, primera mujer en ocupar el cargo desde la creación del premio, hace 36 años, coincidieron en señalar que se trata de un del reconocimiento a "toda una vida dedicada a la poesía". Tras ocho votaciones, el chileno fue apoyado por la mayoría de los miembros del jurado, quienes respetaron la ley no escrita de que cada año se conceda el premio alternativamente a un escritor hispanoamericano y a un español. En 2010 la elegida fue Ana María Matute.

Parra es el tercer chileno en ganar el Cervantes, después de que Jorge Edwards y Gonzalo Rojas fueran reconocidos en 1999 y 2003. De los 37 autores premiados en las 36 ediciones del certamen, dieciocho fueron americanos y diecinueve españoles. Hubo sólo tres mujeres: María Zambrano en 1988, la cubana Dulce María Loynaz, en 1992, y Matute, el año pasado. El Cervantes premió a cuatro argentinos. Juan Gelman en 2007, precedido por Jorge Luis Borges, quien compartió el premio con el español Gerardo Diego, Ernesto Sabato y Adolfo Bioy Casares.

González-Sinde consideró una "gran fortuna" que Parra reciba el reconocimiento en vida y destacó el hecho de que se trate de un poeta, ya que "la vocación de escribir poesía es más exigente que otros géneros".

El premio, dotado con 125 mil euros, lo entregará el rey Juan Carlos el próximo 23 de abril, fecha de la muerte del autor de "El Quijote", Miguel de Cervantes, en la Universidad de Alcalá.

FUENTE: PAGINA12

26 noviembre 2011

Roberto "el Negro" Fontanarrosa

Roberto El Negro Fontanarrosa
(Rosario, 26 de noviembre de 1944 – Ibídem, 19 de julio de 2007)



ENTREVISTA DE MARIA LAURA SANTILLAN.
(Para Clarín - Suplementos - 27 de enero de 2004.

Roberto Fontanarrosa: "nunca tomé a la pareja como un compromiso eterno".

Se separó después de 30 años. Dice que fue una experiencia dolorosa, aunque no lo considera un fracaso. Ahora está de nuevo en pareja.

Todo me hace pensar que cuando me siente a charlar con Fontanarrosa voy a querer hacerme amiga. La cita, obviamente, es en un café.

-A un hombre polifacético como vos, ¿cómo le gusta que lo presenten?
-- Es difícil. En la tarjeta de embarque yo naturalmente pongo dibujante. Si fuera necesario definir la cosa un poco más, creo que pondría narrador. Me gusta contar cosas: a algunas las cuento a través del dibujo, a otras a través del texto. Pero me parecería totalmente lógico poner periodista: trabajé toda mi vida en los medios (N. de R.: publica en Clarín desde el 73).

-Podés poner muchas cosas y no mentís. Publicitario, por ejemplo...
-- (Interrumpe) Padre, padre de familia. Lo que a mí más me ha modificado, me ha cambiado, es la cuestión de la paternidad. Recién cuando tenés hijos modificás la escala de valores. Por ahí suena demasiado pretencioso, pero la obra propia —a medias— que uno puede aportar a una sociedad es un hijo o una hija, una buena persona, más que los libros y todas esas pelotudeces que hacemos. Por la complejidad de la obra, del producto, ¿no? Una buena persona.

-No lo había pensado. Me corre frío por la espalda al pensar que le voy a aportar a la sociedad a una de mis hijas. No se las quiero aportar.
-- (Risas) No, claro. Egoístamente yo hubiera querido que mi hijo se hubiera quedado viviendo en el patio de mi casa, pero está viviendo en Buenos Aires y yo vivo en Rosario. "Aportar a la sociedad", es excesivo, pero dejar a un buen tipo, me parece más importante que dejar un buen libro.

-Franco, tu hijo, es un tipo muy buen mozo.
-- ¿Qué te asombra? ¿De dónde viene tu asombro? (Risas). Mi viejo era un tipo realmente pintón, al estilo de aquella época.

-No lo decía para compararlo con vos, lo decía por lo del aporte.
--Sí, he dejado algo estéticamente válido (risas).

-Qué difícil esto de que viva en Buenos Aires, ¿no?
-- Es hijo único, yo fui padre cuando ya era grande. Ya tenía treinta largos. Igual siempre viví con inquietud porque él decía que se quería ir a los Estados Unidos. El hecho de que haya venido a Buenos Aires, es mejor. Está cerca, muy cerca, comparado con Estados Unidos...

-¿Alguna vez consideraste seriamente el hecho de mudarte de Rosario?
-- Yo creo que en algún momento de la dictadura todos los argentinos consideramos mudarnos por temor. Como yo soy muy aquerenciado, creo que me daba más miedo irme que quedarme. Nunca lo pensé seriamente, porque además hay otra cosa: el humorista no puede trabajar en cualquier lado. ¿Cuánto tiempo me llevaría detectar los temas comunes en España, por ejemplo? No es tan fácil, si uno quiere hacer un humor ligado a la gente que lo rodea. Yo no soy de fácil desarraigo. Nunca me fui de Rosario, en definitiva.

-Si es que se pueden resumir en una respuesta, ¿qué variables existen para que tires un chiste a la basura?
-- Es difícil que aborde un chiste sobre el cual tengo dudas. Es decir, que lo haga y después lo tire: lo desecho antes de pasarlo a tinta. El verdadero desafío es sobre qué hablo y cómo lo digo. No tengo expectativas plásticas muy grandes, no soy un gran dibujante, comparado con algunos colegas y amigos muy virtuosos. Uno trabaja todos los días, pero hay dos o tres en los que tenés una mayor facilidad personal, estás mejor predispuesto, la noticia ayuda, confluencia de astros, de eso que no creíamos: Sagitario con Escorpio, el Año del Mono, el calendario maya... (risas).

-¿Cuánto tiempo libre necesitás para equilibrar las horas que le dedicás al trabajo?
-- Defiendo a muerte el ocio no creativo, dejáme de romper las bolas con el ocio creativo. Yo defiendo mucho el tiempo al pedo, tanto como el del laburo. Aún intento jugar al fútbol, soy una cosa patética, pero el hecho de hacer un juego, lo que sea, hace que ese tiempo no estés pensando en el trabajo. Yo necesito algo que me limpie la cabeza. Habitualmente trabajo siete horas y media, termino a eso de las seis. Ahí caigo en el bar y estoy una hora y media boludeando con los amigos.

-¿Hasta que te aburrís?
-- Hasta que me da hambre y me voy a cenar.

-Si hay tiempo libre: ¿fútbol o libros?
-- Si hay que elegir: fútbol. Segundo lugar, lectura. Puede ser el diario.

-En tercer lugar, ¿televisión?
-- No. Por ahí, entre medio, están los amigos, la pareja.

¿Cómo es el camino hacia los 60?
-- Uno se ha quedado pegado con palabras como sexagenario, que suena espantoso. En mí hay, como en toda la gente de cierta edad, una sensación de extrañeza. Hay recuerdos de infancia como muy, muy cercanos. Y digo: ¿cómo es posible que vaya a cumplir 59 años? Me tranquiliza pensar que he aprovechado el tiempo, que he hecho una cosa que me gusta y que bien o mal tengo una producción detrás. Lo único importante que uno advierte son problemas de tipo físico, que ahora aparecen, pero hay que aprender a convivir con eso. Yo no he resignado tantas cosas: bien o mal sigo yendo a jugar al fútbol con los muchachos. Es como que todo sigue.

- ¿El número redondo te pega?
-- No, nunca me pegó eso. Vamos a ver. Todavía estoy a tiempo del soponcio. La gente de la edad de mi hijo me debe ver como a un tipo al borde de la muerte...

-Recuerdo un chiste tuyo sobre el paso de los años, "el señor estaba viendo televisión..." ¿Cómo era?
-- Sí, él le decía a su mujer: "cumplimos veinte años de casados, ¿falta mucho...?" (risas). Había uno de Quino que era más cruel: estaban dos viejitos y él le decía a ella: "Amalia, ¿nosotros qué éramos? ¿Esposos, primos o hermanos? Era terrible (risas).

- Deprimente.
-- Lo que pasa es que no existen legalmente contratos a eternidad. Hasta devolvieron a Hong Kong y al Canal de Panamá (risas).

- Estuviste 30 años en pareja con la misma persona. Supongo que imaginabas que era eterno.
-- Uno no aborda las relaciones de pareja para terminarlas, pero yo no lo tomé como un compromiso eterno. Nunca fue mi caso. La lógica indica que hay cosas que empiezan y se terminan.

- Vos lo contás liviano, ¿fue fácil separarse después de tanto tiempo?
-- No, pero si estás mucho tiempo con una persona no lo podés considerar un fracaso en lo absoluto. Pero el proceso de separación es durísimo. No se lo deseo a nadie. Es muy duro, ineludiblemente tiene que ser doloroso, es una mutilación.

- ¿El fútbol también te hace sufrir?
-- No a este punto, pero yo digo: ¿cómo puedo ser tan pelotudo que no puedo manejarlo? ¿Por qué estoy tan ansioso, nervioso y sufro tanto en los partidos? Aparte del fútbol, no encuentro ninguna otra motivación que me pueda hacer, de golpe, saltar y abrazar a un desconocido. Cuando nació mi hijo no tuve esa reacción.

- ¿Seguís saltando y abrazándote por un gol de Central?
-- Sí, dejáme de joder. Hacemos un gol y nos abrazamos como locos. Es muy aglutinante con los amigos sufrir por lo mismo, alegrarse por lo mismo, armar programas en torno a...

- Es realmente aburrido escuchar a un hombre hablar de fútbol.
-- Yo lo entiendo perfectamente porque el programa es juntarse a ver los mundiales, tres partidos, uno detrás de otro, los días de eliminatorias también.

- Y en esos horarios raros, se juntan y gritan.
-- Claro (risas). De afuera debe verse como la jaula de las locas.

- ¿Qué tiene tu compañera actual que no tenga otra?
-- Es sencillo: me gusta.

- ¿Por su sentido del humor, su inteligencia, su intuición...?
-- No, por ahí no. Porque hay otras personas que tienen exactamente esas mismas cosas y no me gustan. Ella me gusta. Ese es un buen resumen.

- ¿Y qué es lo primero que te gusta de una mujer?
-- Hagamos la salvedad de que no hablo en mi nombre: hablo en nombre de la humanidad (risas). Yo considero que lo primero es físico. ¿Por qué me atrae una mujer? Porque está buena, gráficamente, visualmente...

- ¿Gráficamente? (risas)
-- Claro, porque laburo de eso ¿Viste que ahora es todo de "diseño". Comida de diseño... bueno, "la mujer de diseño" (risas). Me parece absolutamente lógico que, para mí, el primer punto de acercamiento sea gráfico.
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María Laura Santillán
Ser periodista permite conocer personas fuera de serie. Algunas viven en Rosario, pucha digo.

24 noviembre 2011

Los cinco grandes momentos de la carrera de Freddy Mercury

Hoy se cumplen 20 años de la muerte del líder de Queen, un cantante que se animó a sacudir la modorra del rock con una atrevida combinación de vocalizaciones líricas y filosos riffs de guitarra. Se fue joven, víctima de sida, cuando el mundo todavía esperaba más de su prodigiosa voz. LaCapital.com.ar le rinde un homenaje musical.

Su irrupción en la escena musical cambió los ejes del rock. Eran los tiempos en los que los jóvenes se debatían entre el rock sinfónico, el heavy metal y el punk que recién asomaba en la escena under londinense. No eran tribus, eran hinchadas que eran capaces de todo por la camiseta. Hasta que su voz angelical en "Rapsodia Bohemia" explotó en las radios y en las cabezas de la nueva generación.

¿Quién es ese pibe que canta como una estrella de la lírica y también como el más pesado de todos los pesados del rock pesado? ¡Y miren lo que canta!, una oda gay, al frente de un grupo que se llama Queen, que como todo el mundo sabe es la forma como en el Reino Unido se llamaba a los homosexuales. Era Freddy Mercury, que hacía olas, nuevas, que elevaron al rock, al pop, al infinito y más allá.

Hoy hace 20 años que murió, víctima del sida, una de las primeras víctimas. LaCapital.com.ar lo recuerda con cinco momentos que, por obra de su graciosa majestad, lo recuerdan como lo que fue y siempre será: una estrella luminosa.

1- Rapsodia Bohemia: Fue el tema que lo lanzó al estrellato, mitad rock, mitad ópera, dejó al mundo, y no sólo al del rock, con la boca abierta. Su osadía, pero sobre todo su talento, puso en crisis al Olimpo de los cantantes de rock que, hasta ese momento, se ufanaban de ser los mejores del mundo. Pero había algo más: la letra del tema, que se animaba a hablar del mundo gay en un momento en que hacerlo era, cuanto menos, un tabú. Hasta los Muppets se animaron a rendirle homenaje al clásico de Queen.

2- We Will Rock You: Acaso sin quererlo se convirtió en la banda de sonido del deporte de alta competencia, y sobre todo, del la NBA, el torneo de elite de básquet de Estados Unidos. No cabe duda de que en los tiempos en los que los chicos de Queen, con Freddy Mercury a la cabeza, caminaban por Camdem Town, con sus botas de tacones altos y sus jeans ajustados como una segunda piel, jamás imaginaron que sus melodías y mucho menos sus ritmos iban a alimentar la fantasía de los hinchas, pero lo hicieron y cómo.

3- Love of my Life: Bastaba que sus diez dedos largos y flacos acariciaran las primeras notas del tema para que el público, en el Hyde Park de Londres, en el Rock in Río de Brasil o en el Gigante de Arroyito, desborde de emoción. Fue, es y será, aunque más no sea para esa memoria inagotable que es Youtube, el número más festejado del grupo en vivo. En el que Freddy Mercury, con calzas blancas, bigote espeso y los dientes más grandes que se hubieran visto jamás asomar de la boca de un cantante de rock, le ofrecía el micrófono a la multitud. Par que pudiera también hacer su número.

4- Barcelona: Más allá de Queen, Freddy Mercury se animó a forjar una carrera solista. Sus discos no fueron memorables como los de la banda, pero sí algunas de sus versiones de clásicos como la que grabó de "The Great Pretender" y, por supuesto, de "Barcelona", con la soprano española Montserrat Caballé. Su interpretación es insuperable, pero la que acá, en el teatro El Círculo, interpretaron Dios Salve a la Reina y la cantante lírica Daniela Ratti no le va en saga. El rosarino Pablo Padín es Freddy Mercury, aún más allá de la muerte.

5- Somebody to Love: Una canción alegre, pegadiza y que marcó un momento de gran felicidad para los Queen y especialmente para Freddy Mercury, porque la compuso, porque la cantó ante multitudes, cuando surfeaba en la cresta de la ola. Se convirtió en un hit instantáneo, uno de esos que uno los escucha por primera vez en la radio y no puede dejar de tararearlo en la cabeza, nunca más. Y, sin quererlo, se convirtió en un himno adolescente que los chicos de "Glee" hicieron suyo y, sin proponérselo, se lo regalaron a las nuevas generaciones.

FUENTE: http://www.lacapital.com.ar/escenario/Los-cinco-grandes-momentos-de-la-carrera-de-Freddy-Mercury-20111124-0071.html

20 noviembre 2011

El concepto de historia de Walter Benjamin

Las Tesis sobre el concepto de historia es la última obra de Walter Benjamin. No se trata de una obra acabada: trabajaba en ella poco antes de su muerte. Las Tesis proponen una visión de la historia distinta a la de los vencedores. Es una “visión de los vencidos”, que cuestiona la historiografía positivista y sus implicaciones ideológicas y prácticas.
Como sabemos, Walter Benjamin no formó rigurosamente parte de la Escuela de Frankfurt. Su ingreso al mundo académico no fue exitoso. Su relación más estrecha fue con Theodor W. Adorno, con quien discutió mucho sobre temas estéticos (Cfr. de Eugene Lunn, Marxismo y modernismo, FCE, 1986). Ahora bien, su afinidad con las preocupaciones centrales de los frankfurtianos se expresa en su abordaje del problema de la reificación, su crítica de las antinomias de la Ilustración y de las tendencias autoritarias de la misma.

Las Tesis sobre el concepto de historia se mueven en dos vías:
a) Una, que va en la misma vía de la teoría crítica, en el sentido de oponerse al pensamiento afirmativo, positivista, que está detrás del concepto de historia dominante en la Modernidad.
b) La otra, que contraviene el carácter ilustrado de la Escuela de Frankfurt (ilustración crítica o negativa), es la visión “mesiánica” de la historia, esto es, teológica, pero no idealista.
Estas vías son aparentemente contradictorias. Desde el punto de vista de la Modernidad ilustrada, pueden parecerlo. Lo que sucede es que, de fondo, está el problema de romper radicalmente con lo que, a juicio de Benjamin, es el resorte que garantiza el carácter afirmativo de la Ilustración: la ilusión de omnipotencia de la actitud positivista ante la historia, que aparenta ser irrebatible e incontestable. Benjamin niega esto de manera radical. Su estrategia es negarse a seguir el flujo histórico del progreso positivista (que tiene consecuencias catastróficas para la humanidad) y optar por lo que se queda al margen de ese flujo, esto es, por todo lo que cuestiona la racionalización totalizadora.

16 noviembre 2011

La vida de Estela de Carlotto conmovió al festival de cine

Estela de Carlotto junto a sus hijos, el director, guionistas y técnicos de la película y la presidenta del Incaa, Liliana Mazure, asistieron anoche a la proyección del filme "Verdades verdaderas. La vida de Estela", que se realizó en esta ciudad.

Dirigida por el debutante Nicolás Gil Lavedra, protagonizada por Susú Pecoraro, Alejandro Awada, Laura Novoa, Fernán Mirás, Inés Effron, Carlos Portaluppi y Rita Cortese, la cinta recorre 40 años de la vida de la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, contando aspectos íntimos, familiares y políticos.

"Esta es una película para que la memoria exista y muchos chicos de 32 o 33 años que tengan sus dudas se animen a venir hasta Abuelas", dijo una emocionada Estela de Carlotto luego de la primera proyección pública del filme.

"Nuestra mayor ambición -apuntó Carlotto- es que la película contribuya a escribir la verdadera historia".

El filme, que el próximo jueves se estrenará comercialmente y que participa de la Competencia Argentina del Festival Internacional de Cine de Mar del Plata que se desarrolla en esta ciudad atlántica hasta el domingo 13, fue saludado con un unánime y emocionado aplauso del público que colmó el teatro Colón de Mar del Plata al finalizar su proyección.

"Para mí, ver la película es un impacto terrible, porque veo a Susú en la pantalla y soy yo, son mis palabras, es lo que me pasó y lo que viví", aseguró Carlotto.

La presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo agregó: "Ahora estoy deshecha, porque es volver a verme, pero dentro de una hora voy a estar bien y mañana voy a estar mejor, hay que seguir luchando".

Al hablar sobre la génesis del filme, Carlotto contó que durante un año se negó a la propuesta de Gil Lavedra de realizar un filme sobre su vida.

"Yo me negaba -explicó- porque no soy nadie extraordinario, soy una más, en soledad nadie puede conseguir nada, Abuelas es algo que hicimos muchos".

En una notable actuación, Susú Pecoraro interpreta a Estela de Carlotto en "Verdades verdaderas", una cinta que recorre 40 años de la vida de la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, contando la década de los 60, la militancia de sus hijos en los 70, el golpe militar, la clandestinidad, el secuestro de su marido y la desaparición de su hija Laura.

También se ve en el filme, el tránsito por despachos oficiales buscando información sobre su hija y su nieto Guido, nacido en cautiverio el 26 de junio de 1978, apropiado y todavía no recuperado.

Las primeras rondas a la Plaza de Mayo, el germen de las Abuelas y su lucha, las repercusiones de todo esto al interior de la familia, el advenimiento de la democracia y la recuperación de los primeros hijos de desaparecidos, también son parte de la historia.

Abuelas de Plaza de Mayo calcula que durante la dictadura militar nacieron 500 niños en cautiverio que fueron ilegalmente apropiados, de los que hasta el momento se han reencontrado con su familia y han recuperado su legítima identidad 104 de ellos.

Fuente: elargentino.com | 11.11.2011

11 noviembre 2011

Voces diversas/Eduardo Galeano

"Quiero empezar por hacer un par de aclaraciones". "Algún diario publicó y algunas radios reprodujeron la noticia de que esta noche yo iba a encabezar una marcha contra el gobierno".
"Bueno, ni encabezo ninguna marcha, porque yo no encabezo nada, ¿quién soy yo para encabezar? ni esta concentración es una concentración contra el gobierno, yo entendería que al revés, esta concentración está alimentada por una esperanza que elegimos, por una esperanza que compartimos todos de que el gobierno escuche otras voces, no sólo las voces que le urgen a tomar decisiones apuradas en relación con temas fundamentales para el país, porque hay decisiones que se toman en 15 minutos, o en 20 pero después tienen consecuencias durante siglos". "Y ahora se da como un hecho consumado que el gobierno aprobó o puso su visto bueno a la instalación de las plantas de celulosa en Fray Bentos".
"Nosotros habíamos solicitado en un manifiesto que firmamos -que después hemos subrayado una vez y dos y veinte veces- que es la necesidad de que antes de tomar una decisión que nos parece grave porque puede implicar el envenenamiento del Río Uruguay, la reducción de lo que nos queda en la tierra, esto de que van a pudrir las aguas y secar las tierras que no es de ninguna manera obra de imaginación sino que es la enseñanza triste que han dejado las fábricas de celulosa por la experiencia ya realizada en tierras vecinas, sobre todo en Chile y Argentina, bueno, pues que se escuchen esos testimonios y que antes de tomar una decisión se piense mucho en lo que se va a hacer".
"Que se escuchen voces diversas porque esto de las voces diversas al fin y al cabo es también una tradición del Frente". "El Frente Amplio se llama Amplio por eso, porque nació queriendo ser amplio".
"Una conjunción de conciencias unidas bajo banderas comunes pero que vienen de l ugares diversos y que pueden tener opiniones diversas".
"Alguien dijo -no sé si Artigas, probablemente Artigas- que la contradicción es la única prueba de la libertad, pero yo además creo que la contradicción es la única prueba de la vida porque la vida es contradictoria y no hay que tenerle miedo".
"Nosotros tenemos la certeza también abonada por la experiencia histórica de que cuando se confunde la unidad con la unanimidad no se llega a buen puerto porque no existe una verdad única, sino una suma de verdades que resultan de la contradicción de las muchas verdades que la verdad contiene, entonces, no le tenemos miedo a la contradicción y no nos importa, realmente no nos importa que nos llamen traidores por discrepar ¿o acaso hemos vuelto a los tiempos de la Santa Inquisición y ahora nos van a quemar con leña verde por creer que algunas de las medidas del gobierno que está tomando son equivocadas o apresuradas?".
"No compañeros, yo creo que hay que reivindicar el derecho a la divergencia dentro de la confluencia y que esa es nuestra mejor manera de ayudar al gobierno a gobernar, ¿por qué?, porque este gobierno no nació de la oreja de una cabra y no fue votado por un señor que se llama Mercado que parece que es el que nos está tomando los deberes".
Y que ahora se dice, y me lo dicen amigos, gente querida, compañeros queridos, me dicen: "Eduardo, vos no entendés que el Mercado está satisfecho".
¿El Mercado?: "no entendés que esto no, porque el Mercado no quiere".
"¿El Mercado?. Yo me pregunto, ese señor Mercado, ¿es uruguayo?, ¿tiene credencial cívica?, ¿votó?, ¿fue votado?, ¿quién votó por el Señor Mercado?".
"El Frente Amplio no tiene que rendir cuentas al Señor Mercado, pero sí está obligado a rendir cuentas al pueblo que lo votó". "En estos días, en estos tiempos (y perdón por la garganta que me falla, la culpa de la media estación), estamos viviendo yo creo, no sólo el Frente y el gobierno sino el país todo, tiempos muy difíciles en que sin dudas el gobierno ha heredado un país hipotecado, endeudado hasta la manija, cuyos márgenes de soberanía se han estrechado, se han hecho cada vez más angostitos".
"Entonces, se vive un clima en el cual es muy difícil decir algunas cosas".
"Yo lo comprendo, comprendo que puede haber sectores de la población como ahora ocurre con algunos sectores en Fray Bentos que estén contentos con la idea de que van a trabajar".
"Este es un país desmantelado, donde el trabajo se ha convertido lamentablemente en un privilegio de pocos". "Entonces, la defensa ecologista del medio, de la tierra, del agua y también de la salud humana parece una cosa de marcianos, porque se vive un clima semejante al de aquella película -probablemente algunos de los que están acá la vieron- "Bienvenido Mr. Marshal" en la que había un pueblo español enloquecido porque venía Mr. Marshal que iba a traer la plata, que hacía las inversiones".
"Es otra cosa de la que hablan ahora los expertos todo el tiempo, día y noche hablando de las inversiones". "Me hace acordar al episodio aquel que vivimos no hace mucho, no recuerdo exactamente cuando, no hace mucho, cuando buena parte de este país quedó enferma de tortícolis por mirar al cielo esperando el avión que iba a traernos tres mil millones de dólares que habían sido prometidos por un embajador de los Estados Unidos que es muy meterete, que por cierto ahora está urgiendo al Parlamento que apruebe una ley de inversiones que contiene cláusulas coloniales y humillantes para el país".
"Este señor meterete no se ha enterado de que el país cambió porque la gente votó para que el país cambiara y cosas que antes resultaban normales, humillaciones aceptadas como costumbre en tiempos del poder "blanquirado" o "coloranco", ahora ya pasan a ser ofensas graves a la dignidad nacional recuperada. Y creo que es no sólo nuestro legítimo derecho, sino también nuestra obligación, nuestro deber, recordarle a este gobierno que muchos sentimos que es nuestro gobierno, recordarle que la dignidad es su obligación principal y que no se equivocó el tipo aquel que dijo: "No venderemos el rico patrimonio de los Orientales al bajo precio de la necesidad".

(*) Discurso completo enviado por La Voz del País para abc1 Digital, del escritor Eduardo Galeano en el acto de la Plaza Libertad celebrado el pasado viernes 27 de mayo de 2005 en contra de la instalación de las plantas de celulosa Botnia y ENCE en Fray Bentos.

Eduardo Galeano

03 noviembre 2011

Muchas gracias

Sirve y me inclino
ante tu palabra, luz de mi pensamiento. Abrirán
las puertas, dejarán entender: los artistas, los
intelectuales, siempre
han sacudido el polvo de la realidad; descubrieron
caminos, emancipaciones
que no siempre lograron recorrer: era
prematuro en algunos casos, en otros fue distinto
– convengamos–, otras palabras son, bajar
la corredera de la mira, buscar con el guión
y dar justamente sobre algo que puede
moverse; un bulto,
un meneo a menos de cien metros
de tu corazón vulnerable, también enemigo.

La suerte ha dejado aquí de andar
fallando: se encendió la luz y pudo verse el caos, las
flagrancias: esa mano
allí, esta codicia; el miedo y otras mezquindades se pusieron
en evidencia y el amor
no aparecía por ninguna parte. Recompuestos
de la sorpresa, rendidos ante los hechos, nadie
pudo negar que en este país, en este
continente, nos estamos todos muriendo de vergüenza.

Aquí estoy perdiendo amigos, buscando
viejos compañeros de armas, ganándome tardíamente
la vida, queriendo respirar
trozos de esperanzas, bocanadas de aliento; salir
volando para no hacer agua, para
ver toda la tierra y caer en sus brazos.

De: Poemas Postumos - Francisco Urondo

30 octubre 2011

El azar en Baudelaire

A la vivencia del shock que tiene el transeúnte en la multitud corresponde la vivencia del obrero en la maquinaria, lo cual no permite suponer que Poe tuviese la menor idea del proceso industrial del trabajo. En cualquier caso, Baudelaire estuvo muy lejos de esa idea. Pero sí estaba obsesionado por un proceso en el que el mecanismo reflejo que la máquina desata en el obrero puede estudiarse de cerca, como en un espejo, en el desocupado. El juego de azar representa dicho proceso. La afirmación parece paradójica. Una contraposición: ¿dónde se establece con más crédito, si no es entre el trabajo y el azar?
Alain escribe de manera esclarecedora: "El concepto... de juego... implica... que ninguna partida dependa de la precedente. El juego no quiere saber nada de ninguna posición segura... No tiene en cuenta los méritos adquiridos antes y por eso se diferencia del trabajo. El juego acaba pronto el pleito con ese importante pasado en el que se apoya el trabajo". El trabajo que Alain tiene en mientes es sumamente diferenciado (y puede conservar, como el espiritual, ciertos rasgos del artesanado); no es el de la mayoría de los obreros de una fábrica y menos aún de los no especializados. Claro que al de estos últimos les falta el empaque de la aventura, el hada Morgana que atrae al jugador. Pero de lo que desde luego no carece es de la futilidad del vacío, de la incapacidad para consumarse inherentes a la actividad del obrero asalariado en una fábrica. Incluso sus gestos, provocados por el ritmo del trabajo automático, aparecen en el juego, que no se lleva a cabo sin el rápido movimiento de mano del que apuesta o toma una carta. En el juego de azar el llamado "coup" equivale a la explosión en el movimiento de la maquinaria. Cada manipulación del obrero en la máquina no tiene conexión con la anterior, porque es su repetición estricta. Cada manejo de la máquina es tan impermeable al precedente como el "coup" de una partida de azar respecto de cada uno de los anteriores; por eso la prestación del asalariado coincide a su manera con la prestación del jugador. El trabajo de ambos está igualmente vaciado de contenido.

Julio Cortázar - Rayuela Cap. 7


Toco tu boca, con un dedo toco el borde de tu boca, voy dibujándola como si saliera de mi mano, como si por primera vez tu boca se entreabriera, y me basta cerrar los ojos para deshacerlo todo y recomenzar, hago nacer cada vez la boca que deseo la boca que mi mano elige y te dibuja en la cara, una boca elegida entre todas, con soberana libertad elegida por mi para dibujarla con mi mano en tu cara, y que por un azar que no busco comprender coincide exactamente con tu boca que sonríe por debajo de la que mi mano te dibuja...

...Me miras, de cerca me miras, cada vez mas de cerca y entonces jugamos al cíclope, nos miramos cada vez mas de cerca y los ojos se agrandan, se acercan entre sí, se superponen y los cíclopes se miran, respirando confundidos, las bocas se encuentran y luchan tibiamente, mordiéndose con los labios, apoyando apenas la lengua en los dientes, Jugando en sus recintos donde un aire pesado va y viene con un perfume viejo y un silencio. Entonces mis manos buscan hundirse en tu pelo, acariciar lentamente la profundidad de tu pelo mientras nos besamos como si tuviéramos la boca llena de flores o de peces, de movimientos vivos, de fragancia oscura. Y si nos mordemos el dolor es dulce, y si nos ahogamos en un breve y terrible absorber simultáneo del aliento, esa instantánea muerte es bella. Y hay una sola saliva y un solo sabor a fruta madura, y yo te siento temblar contra mi como una luna en el agua. (fragmento)



Alejandra Pizarnik - Piedra Fundamental

No puedo hablar con mi voz sino con mis voces.

Sus ojos eran la entrada del templo, para mí, que soy errante, que amo y muero. Y hubiese cantado hasta hacerme una con la noche, hasta deshacerme desnuda en la entrada del tiempo.

Un canto que atravieso como un túnel.

Presencias inquietantes, gestos de figuras que se aparecen vivientes por obra de un lenguaje activo que las alude, signos que insinúan terrores insolubles.

Una vibración de los cimientos, un trepidar de los fundamentos, drenan y barrenan, y he sabido dónde se aposenta aquello tan otro que es yo, que espera que me calle para tomar posesión de mí y drenar y barrenar los cimientos, los fundamentos, aquello que me es adverso desde mí, conspira, toma posesión de mi terreno baldío, no, he de hacer algo, no, no he de hacer nada, algo en mí no se abandona a la cascada de cenizas que me arrasa dentro de mí con ella que es yo, conmigo que soy ella y que soy yo, indeciblemente distinta de ella.

En el silencio mismo (no en el mismo silencio) tragar noche, una noche inmensa inmersa en el sigilo de los pasos perdidos.

No puedo hablar para nada decir. Por eso nos perdemos, yo y el poema, en la tentativa inútil de transcribir relaciones ardientes.

¿A dónde la conduce esta escritura? A lo negro, a lo estéril, a lo fragmentado.

Las muñecas desventradas por mis antiguas manos de muñeca, la desilusión al encontrar pura estopa (pura estepa tu memoria): el padre, que tuvo que ser Tiresias, flota en el río. Pero tú, ¿por qué te dejaste asesinar escuchando cuentos de álamos nevados?

Yo quería que mis dedos de muñeca penetraran en las teclas. Yo no quería rozar, como una araña, el teclado. Yo quería hundirme, clavarme, fijarme, petrificarme. Yo quería entrar en el teclado para entrar adentro de la música para tener una patria. Pero la música se movía, se apresuraba. Sólo cuando un refrán reincidía, alentaba en mí la esperanza de que se estableciera algo parecido a una estación de trenes, quiero decir: un punto de partida firme y seguro; un lugar desde el cual partir, desde el lugar, hacia el lugar, en unión y fusión con el lugar. Pero el refrán era demasiado breve, de modo que yo no podía fundar una estación pues no contaba más que con un tren algo salido de los rieles que se contorsionaba y se distorsionaba. Entonces abandoné la música y sus traiciones porque la música estaba más arriba o más abajo, pero no en el centro, en el lugar de la fusión y del encuentro. (Tú que fuiste mi única patria ¿en dónde buscarte? Tal vez en este poema que voy escribiendo.)

Una noche en el circo recobré un lenguaje perdido en el momento que los jinetes con antorchas en la mano galopaban en ronda feroz sobre corceles negros. Ni en mis sueños de dicha existirá un coro de ángeles que suministre algo semejante a los sonidos calientes para mi corazón de los cascos contra las arenas. (Y me dijo: Escribe; porque estas palabras son fieles y verdaderas.)

(Es un hombre o una piedra o un árbol el que va a comenzar el canto...)

Y era un estremecimiento suavemente trepidante (lo digo para aleccionar a la que extravió en mí su musicalidad y trepida con más disonancia que un caballo azuzado por una antorcha en las arenas de un país extranjero).

Estaba abrazada al suelo, diciendo un nombre. Creí que me había muerto y que la muerte era decir un nombre sin cesar.

No es esto, tal vez, lo que quiero decir. Este decir y decirse no es grato. No puedo hablar con mi voz sino con mis voces. También este poema es posible que sea una trampa, un escenario más.

Cuando el barco alternó su ritmo y vaciló en el agua violenta, me erguí como la amazona que domina solamente con sus ojos azules al caballo que se encabrita (¿o fue con sus ojos azules?). El agua verde en mi cara, he de beber de ti hasta que la noche se abra. Nadie puede salvarme pues soy invisible aun para mí que me llamo con tu voz. ¿En dónde estoy? Estoy en un jardín.

Hay un jardín.


Las olas - Virginia Woolf

El sol no había nacido todavía. Hubiera sido imposible distinguir el mar del cielo, excepto por los mil pliegues ligeros de las ondas que le hacían semejarse a una tela arrugada. Poco a poco, a medida que una palidez se extendía por el cielo, una franja sombría separó en el horizonte al cielo del mar, y la inmensa tela gris se rayó con grandes líneas que se movían debajo de su superficie, siguiéndose una a otra persiguiéndose en un ritmo sin fin. Al aproximarse a la orilla, cada una de ellas adquiría forma, se hinchaba y se rompía arrojando sobre la arena un delgado velo de blanca espuma. La ola se detenía para alzarse enseguida nuevamente, suspirando como una criatura dormida cuya respiración va y viene inconscientemente. Poco a poco, la franja oscura del horizonte se aclaró: se hubiera dicho un sedimento depositado en el fondo de una vieja botella, dejando al cristal su transparencia verde. En el fondo, el cielo también se hizo translúcido, cual si el sedimento blanco se hubiera desprendido lo cual si el brazo de una mujer tendida debajo del horizonte hubiera alzado una lámpara, y bandas blancas, amarillas y verdes se alargaron sobre el cielo, igual que las varillas de un abanico. Enseguida la mujer alzó más alto su lámpara y el aire pareció dividirse en fibras, desprenderse de la verde superficie en una palpitación ardiente de fibras amarillas y rojas, como los resplandores humeantes de un fuego de alegría. Poco a poco las fibras se fundieron en un solo fluido, en una sola incandescencia que levantó la pesada cobertura gris del cielo transformándola en un millón de átomos de un azul tierno. La superficie del mar fue adquiriendo gradualmente transparencia y yació ondulando y despidiendo destellos hasta que las franjas oscuras desaparecieron casi totalmente. El brazo que sostenía la lámpara se alzó todavía más, lentamente, se alzó más y más alto, hasta que una inmensa llama se hizo visible: un arco de fuego ardió en el borde del horizonte, y a su alrededor el mar ya no fue sino una sola extensión de oro. La luz golpeó sucesivamente los árboles del jardín iluminando una tras otra las hojas, que se tornaron transparentes. Un pájaro gorjeó muy alto; hubo una pausa: más abajo, otro pájaro repitió su gorjeo. El sol utilizó las paredes de la casa y se apoyó, como la punta de un abanico, sobre una persiana blanca; el dedo del sol marcó sombras azules en el arbusto junto a la ventana del dormitorio. La persiana se estremeció dulcemente. Pero todo en la casa continuó siendo vago e insustancial. Afuera, los pájaros cantaban sus vacías melodías. (fragmento) 1931

Virginia Woolf - Orlando

"Habiendo interrogado al hombre y al pájaro y a los insectos (porque los peces, cuentan los hombres que para oírlos hablar han vivido años su soledad de verdes cavernas, nunca, nunca lo dicen, y tal vez lo saben por eso mismo), habiendo interrogado a todos ellos sin volvernos más sabios, sino más viejos y más fríos -porque ¿no hemos, acaso, implorado el don de aprisionar en un libro algo tan raro y tan extraño, que uno estuviera listo a jurar que era el sentido de la vida?- fuerza es retroceder y decir directamente al lector que espera, todo trémulo, escuchar qué cosa es la vida: ¡ay! no lo sabemos. " (fragmento)

“Cuando los besos saben a alquitrán, cuando las almohadas son de hielo,
cuando el enfermo aprende a blasfemar,
cuando no salen trenes para el
cielo,
a la hora de maldecir,
a la hora de mentir.
Cuando marca sus
cartas el tahúr
y rompe el músico su partitura
y vuelve Nosferatu al
ataúd
y pasa el camión de la basura,
a la hora de crecer,
a la hora
de perder,
cuando ladran los perros del amanecer.”

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“En la posada del fracaso,
donde no hay consuelo ni ascensor,
el desamparo y la humedad
comparten colchón
y cuando, por la calle,
pasa la vida, como un huracán,
el hombre del traje gris
saca un sucio calendario del
bolsillo y grita
¿quién me ha robado el mes de abril?
¿pero cómo pudo sucederme a mí?
¿quién me ha robado el mes de abril?
Lo guardaba en el cajón
donde guardo el corazón.”

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“Cuando agoniza la fiesta
todas encuentran pareja
menos Lola
que se va, sin ser besada,
a dormirse como cada
noche sola
y una lágrima salada
con sabor a mermelada
de ternura
moja el suelo de su alcoba
donde un espejo le roba
la hermosura.
Nadie sabe cómo le queman en la boca
tantos besos que no ha dado,
tiene el corazón tan de par en par y tan oxidado.”

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“Algunas veces vivo, y otras veces
la vida se me va con lo que escribo,
algunas veces busco un adjetivo
inspirado y posesivo que te arañe el corazón.
luego arrojo mi mensaje,
se lo lleva de equipaje
una botella…, al mar de tu incomprensión.
No quiero hacerte chantaje,
sólo quiero regalarte una canción.”

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“Desnuda se sentía igual que un pez en el agua,
vestirla era peor que amortajarla,
inocente y perversa como un mundo sin dioses,
alegre y repartida como el pan de los pobres.
No quise retenerla, ¿de qué hubiera servido
deshacer las maletas del olvido?
Pero no sé qué diera por tenerla ahora mismo
mirando por encima de mi hombro lo que escribo.
Le di mis noches y mi pan, mi angustia, mi risa,
a cambio de sus besos y su prisa,
con ella descubrí que hay amores eternos
que duran lo que dura un corto invierno.”

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“No soporta el dolor, le divierte inventar
que vive lejos, en un raro país,
cuando viaja en sueños lo hace sin mí,
cada vez que se aburre de andar, da un salto mortal.
Cuando el sol fatigado se dedica a manchar
de rosa las macetas de mi balcón
juega conmigo al gato y al ratón,
si le pido “quédate un poco más”, se viste y se va.
Cuanto más le doy ella menos me da
Por eso a veces tengo dudas, ¿no será un tal Judas
el que le enseñó a besar?”